miércoles, 31 de marzo de 2021

Generación del 37: Sarmiento y las letras

   En la apasionada pluma de Sarmiento podrán encontrar cómo él describe que la perdición de la Nación está relacionada con el caudillismo y lo encarna en la persona de Facundo Quiroga, al cual desprecia pero también admira en muchos fragmentos de su libro Facundo, o civilización y barbarie en las pampas argentinas. 

Comparto aquí el audio libro para quien quiera escucharlo (es largo), o recomiendo para el que lo quiera leer podrá hacerlo en  pdf, mínimamente, presten debida atención a las primeras páginas en las que introduce la descripción de este caudillo, para que se entienda de qué manera se percibe la pasión expresada del romanticismo, el cual era mucho más que un estilo literario, sino que era una manera de vivir, dispuestos a matar o morir por los ideales y la defensa de la construcción de las nacionalidades.
   La lectura de todo el libro es optativa, es apenas una sugerencia más sobre autores y textos literarios que puedan servir a los propósitos de un futuro posible texto monográfico.

    Bien, estamos atravesando la literatura del siglo XIX y vemos que la misma está atravesada por los acontecimientos históricos que se vivían en toda América Latina y la literatura Argentina también acompañará todo este proceso.


 Como consecuencia de las guerras de independencia, los países que emergieron del mundo colonial quedaron arruinados económicamente, fragmentados socialmente y con una alta inestabilidad política. Esta sociedad ruralizada y militarizada formaba un escenario idóneo para los caudillos regionales y/o nacionales, que con su caciquismo iban a marcar profundamente la historia latinoamericana del siglo XIX.
    En realidad, la figura del caudillo ya existía en la sociedad colonial y descansaba fundamentalmente en la existencia de relaciones patrón-cliente y en el establecimiento de lazos de fidelidad y lealtades personales a cambio de seguridad y determinadas prebendas. Esta relación entre caudillismo y clientelismo señala John Lynch, en su obra Caudillos en Hispanoamérica, el cual considera que el surgimiento del caudillismo se apoya en un trípode conformado por la inexistencia de reglas formales; la competencia política dirimida a través de conflictos armados; y una sociedad bipolar de terratenientes y peones, entrelazados por relaciones clientelares. 


  En ese Estado, el personalismo reemplaza a la ley, la violencia se torna la forma aceptable de dirimir conflictos políticos, pero la estructura social se mantiene inalterable, protegida por el caudillo.  La inestabilidad política y el debilitamiento del poder central revalorizaron la figura de los caudillos, convertidos por las circunstancias en los principales garantes del orden y de la cohesión social a escala local o regional. La figura del caudillo se manifiesta al margen de las opciones políticas o ideológicas de la época, los había federalistas o unitarios, liberales y conservadores.  

Les recomiendo que compartamos el siguiente documental, en el cual se explica claramente cómo el Romanticismo en la Argentina era panfletario, es decir político, que expresaba en los años 30 la oposición entre Federales y Unitarios en la política que también estaba representada en el político y hombre de letras Sarmiento, el
autor de Facundo, Civilización y barbarie, quien en oposición como Unitario frente a los Federales de Rosas, tuvo que exiliarse a Chile.
   Pero Sarmiento también tuvo otros enemigos políticos, los gauchos, los que representaban para él los hombres que habían sostenido a los federales, esa horda "carnificina" que describía Echeverría en El matadero. 
Un político federal, opositor y enemigo acérrimo de Sarmiento, fue José Hernández, quien también se dedicó a escribir, y fue el autor más representativo de la literatura que le ponía voz a las injusticias que vivían a diario los gauchos en las décadas de 1860-70, período durante el cual transcurrió también la Presidencia Sarmiento.
   

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