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martes, 2 de agosto de 2022

Los límites entre el terror y la ciencia ficción

 




Intentaremos describir las características en común entre el terror (gótico, horror o siniestro) y la ciencia ficción. 
Encontrarán en "Terror en la literatura/Libros extraños/Cine/Series/Juegos/Música" un interesante recorrido sobre este estilo narrativo desde el mundo de los griegos hasta la actualidad (los primeros 10')  pulse aquí y luego, sólo para quienes deseen seguir investigando sobre el tema, aparecen algunos libros y filmes sugeridos para aquéllos apasionados de esta especie literaria si es que en algún momento de vuestros recorridos literarios quisieran leerlos o verlos.


El terror y ciencia ficción: la última frontera 
por Jaume Vicent 28 noviembre, 2019
Jaume Vicent es un escritor y bloguero, dueño y señor de uno de los grandes reductos para el terror en castellano: Excentrya. Ha escrito numerosos relatos (la mayoría de ellos disponibles en la página de la Editorial Pulpture).

    Terror y ciencia ficción son dos géneros que convergen y que se camuflan con mucha facilidad. Los elementos que deberían diferenciar a cada uno, cambian de bando y lo que en una historia de terror puede resultar terrible, es usado en las de ciencia ficción como un elemento más dentro de la historia.
    Por  ejemplo, Frankenstein o el Moderno Prometeo es considerado por todos como uno de los exponentes clásicos del terror, sin embargo, para mí es el primer libro de ciencia ficción especulativa de la historia. ¿Por qué? Porque Mary Shelley trabaja sobre la idea de que la ciencia es capaz de recuperar un ser humano de lo muerte a través de una ciencia que en aquella época era experimental, el galvanismo. Una ciencia que mezcla terror y ciencia ficción (que ella misma acababa de crear).
Frankenstein terror y ciencia ficción
Consideramos terror a toda obra que se basa en el miedo como elemento central de la trama, mientras que la ciencia ficción trata de especular sobre el futuro, el espacio y lo todo lo que contiene o sobre elementos extraños, realidades paralelas, futuros distópicos. 
En Frankenstein tenemos el primer ejemplo de esto. La novela no habla sobre el miedo que el monstruo provoca en los habitantes de Ginebra, tampoco sobre sus asesinatos. Todo esto no es más que una consecuencia directa de los actos del doctor Frankenstein. La novela trata de las implicaciones morales y éticas de los experimentos de doctor Frankenstein.
En este sentido, el cine ha dado buena cuenta de este mito moderno. Terminator, por ejemplo, no es tan diferente de Frankenstein. Una forma de vida creada por el hombre trata de destruirnos y nosotros, desesperados y diezmados, luchamos por sobreponernos y ganar la batalla o perder. Todo por jugar a ser Dios. Antes eran cadáveres resucitados mediante galvanismo, hoy sabemos que eso no es posible, pero tememos que las Inteligencias Artificiales puedan desarrollar una conciencia propia.
    A partir de Frankenstein la ciencia ficción y el terror siempre fueron de la mano. Desde el Dr. Jeckyll y Mr. Hyde  hasta las modernas películas y videojuegos. Los dos géneros han estado condenados a entenderse y, por suerte, lo han hecho de maravilla.
   También  H.G Wells en su obra La Guerra de los Mundos es otro ejemplo genial de lo que sucede cuando se unen terror y ciencia ficción. Aunque en este caso la obra está considerada también solo como ciencia ficción, la realidad es que podemos incluirla dentro de ese abanico de obras sin una frontera definida. Un director de cine con un sentido del humor macabro dio vida a la obra a través de la radio y logró que una nación entera creyera que los marcianos habían aterrizado en la tierra y que la estaban invadiendo. Aquel programa provocó un verdadero caos en la deprimida sociedad americana de finales de los 30. La gente llegó a suicidarse creyendo de verdad que el mundo estaba abocado a su fin. ¿No la convierte esta situación en terrorífica? Orson Wells tuvo que pedir disculpas públicamente tras su famosa dramatización. La Guerra de los Mundos fue la primera obra que nos habló de una invasión alienígena a gran escala. Una raza extraterrestre nos declaraba la guerra y esto nos abrió un mundo de posibilidades nuevas para la ciencia ficción o, más bien, para terror y ciencia ficción unidos.
      Las invasiones alienígenas también fueron las favoritas para el cine. Todo lo que provenía del espacio era terrorífico. La película de The Blob, esa especie de chicle gigante que devora todo lo que encuentra a su paso, fue uno de los primeros intentos de Hollywood de meternos el miedo en el cuerpo. La masa informe llegaba a la tierra en el interior de un meteorito y, una vez suelta, nada podía detenerla. Con el tiempo este terror se fue refinando y nos terminamos encontrando con algunos clásicos como Alien Depredador, donde los seres humanos pasamos a ser meras presas para unos cazadores increíblemente avanzados. El miedo a la invasión, a la caza, sigue siendo el mismo, solo cambia su forma. La forma en la que el terror se va instalando en el interior de la ciencia ficción.
    La guerra fría fue especialmente dura en los Estados Unidos. En su libro Danza Macabra, Stephen King cuenta como un buen día, en el cine, uno de los acomodadores entró y les dijo que los rusos habían enviado un hombre al espacio. La reacción de los niños, los jóvenes y los mayores fue echarse a llorar. Así era la sociedad WASP (White Anglosaxon Protestant) de la época. En los años 50 el miedo a un desastre nuclear flotaba sobre la población americana. En esa época la literatura y el cine se quedan encasillados en ese lugar extraño que forman terror y ciencia ficción. Se la llama la época dorada de la ciencia ficción. Y realmente lo fue, cualquier película de ciencia ficción de los años 50 es una verdadera obra de arte. El miedo y la ciencia ficción se unían en el cine, como ya lo habían hecho en la literatura, tomando un camino que ya no abandonarían jamás.
    El miedo a lo desconocido es la base de ese género doble de terror y ciencia ficción. Es por eso que las invasiones alienígenas, ya sean mediante un ataque calculado como en La guerra de los mundos o mediante «cosas» sin forma que aterrizan en la Tierra, como en The Blob, forman la base de este cruce de géneros. Siguiendo con el cine, en los años 80 el terror que venía del espacio tomó una nueva forma, o mejor dicho, perdió su forma y aprendió a mimetizarse entre nosotros. ¿Cómo distingues al monstruo cuando éste tiene tu misma cara? Películas como La Cosa de John Carpenter nos mostraban a un alienígena sin forma definida, una forma de vida perfecta capaz de copiar y mimetizarse entre nosotros. Ese miedo rara vez nos abandona, pues susurra a lo más hondo de nuestro ser. El monstruo ya no es fácil de identificar, no lleva máscara, no es una hormiga gigante. Es como tú y como yo, anda como nosotros, habla como nosotros y, a veces, incluso siente como nosotros. Species, sin ir más lejos, toca esa misma cuerda desde un punto de visto distinto.
     De la misma forma que Shelley nos advirtió de los peligros del hombre creando a otro hombre por su propia mano, en Prometheus nos encontramos con el mismo dilema aunque con una vuelta más de tuerca. ¿Qué pasa cuando somos nosotros los monstruos y nuestros creadores han decidido que están hartos de nosotros? Esa es la base de Prometheus, y no es tan distinta de cualquier narración cósmica de estilo lovecraftiano, donde el hombre no tiene ningún papel en el universo, no es más que un peón, una mota de polvo. Nosotros como raza no somos nada frente a los tremendos poderes que pueblan ese cosmos infinito.
  ¿Tiene poder el creador para destruir su creación? ¿Hemos sido creados por una raza superior que nos observa? En ese caso, ¿qué deben pensar de nosotros? Todas estas preguntas, disparan directas al corazón de toda fe humana. Esa es la base de toda religión, de toda creencia. Y al día de hoy sigue funcionando como miedo.


jueves, 9 de junio de 2022

La ciencia ficción

 

La ciencia ficción es un género de la narrativa de ficción en el
que están presentes avances científicos y técnicos, ya sea en el futuro o en el
presente, que afectan e intervienen en la sociedad y en la vida de los
individuos.


Una aproximación al género



No
existe una única definición para explicar qué es la ciencia-ficción. En
realidad, cada autor o ensayista ha gustado de dar su propio punto de vista y
de acotar el género.



Isaac Asimov, por ejemplo, dijo que «las historias de ciencia-ficción son
viajes extraordinarios a uno de los infinitos futuros concebibles»; mientras
que Kingsley Amis la definió como «aquella forma de narrativa que versa sobre
situaciones que no podrían darse en el mundo que conocemos, pero cuya
existencia se funda en cualquier innovación, de origen humano o extraterrestre,
planteada en el terreno de la ciencia o de la técnica, o incluso en el de la
pseudociencia o la pseudotécnica».



El género se suele dividir en dos tendencias: ciencia-ficción hard o dura y
ciencia-ficción soft o blanda.



En
la primera, los elementos científicos y técnicos se tratan con el máximo rigor
y juegan un papel fundamental en la trama de la historia. Un ejemplo de este
subgénero son las obras de autores como Arthur C. Clarke, Hal Clement o Greg
Egan como pueden ser Fuentes del Paraíso, Misión de Gravedad y Ciudad
Permutación
, respectivamente.

En el cine podríamos tomar como ejemplo, 2001: Una Odisea Espacial de
Stanley Kubrick.



En
cuanto a la ciencia-ficción soft, el rigor científico no es tan
importante y, en ocasiones, no es más que fantasía. En el género soft las
historias se centran en las consecuencias sociales de los avances tecnológicos.
Entre los autores que la han cultivado: A. E. van Vogt o Ursula K. LeGuin.

En el cine, un claro ejemplo es la saga de La Guerra de las Galaxias.



Orígenes de la ciencia ficción



No existe un consenso global que encuadre los
orígenes de la ciencia-ficción como género, aunque sí se sabe cuándo se acuñó
el término. Fue Hugo Gernsback en 1926 quien lo puso en la portada de la
revista estadounidense Amazing
. No obstante, ya había sido utilizado
en 1851 por William Wilson, aunque nadie le prestó atención. La máxima
distinción que se otorga anualmente al escritor de ciencia ficción más
destacado se denomina Hugo, en homenaje al creador del término.

  Hay quien ve los inicios en obras como Viaje a la Luna (1657),
obra póstuma de Cyrano de Bergerac; Los viajes de Gulliver (1726), de
Jonathan Swift, Micromegas (en francés) (1752), de Voltaire o Las
aventuras del Barón de Münchausen
(1786), de Rudolf E. Raspe. Aunque,
por lo general, se considera que el origen de la ciencia-ficción está en el Frankenstein
de Mary Shelley.





   Dicha obra contiene uno de los arquetipos que la Ci-Fi usará
bastante en épocas posteriores: el robot, el androide. Frankenstein es una
criatura artificial construida mediante la ciencia médica, la biología y la
física. La evolución del pensamiento filosófico y la entrada del maquinismo, a
raíz de la revolución industrial, hacen que los escritores que desean fabular
abandonen las explicaciones mágicas y se decanten por las científicas.

  Durante la segunda mitad del siglo XIX, llegarán dos de los pioneros por
excelencia del género: 



* Julio Verne, autor de incontables obras de aventuras de corte científico,
como Cinco semanas en globo (1861), Viaje al centro de la Tierra
(1864), De la Tierra a la Luna (1865) o 20.000 leguas de viaje
submarino
(1870). En muchas de sus obras anticipó en un siglo lo que sería
realidad.



* El otro autor es H.G. Wells, este novelista inglés introdujo con su obra La
Guerra de los Mundos
(1898) un tema
fundamental de la ciencia ficción: la posibilidad de vida en Marte y el viaje
de los marcianos a nuestro planeta. Es
considerado por muchos el
auténtico padre de la ciencia-ficción, creador además de La Máquina del
Tiempo
(1895), El hombre invisible (1897),  o Cuentos del
espacio y del tiempo
(1899).



   Los autores más difundidos de este
tipo de relato son: Isaac Asimov, Karel Chapec (que utilizó por primera vez la
palabra robot), Aldous Huxley, Ray Bradbury, Paul Anderson, Van Vogt, Italo
Calvino.



 



Elementos y temas de la ciencia ficción



A
pesar de ser un género unitario, cada historia trata de uno o varios temas.
Entre otros, estos:




  • Diacronías: futuros o alternativas en el tiempo, que se centran
    en cómo se ha desarrollado la sociedad y/o la ciencia.

    Ejemplo: Un abismo en el cielo (1998), de Vernon Vinge.

  • Utopías y distopías: obras en la que se presenta una
    sociedad futura mejor y obras que hablan de una sociedad futura peor,
    respectivamente. En ambos casos la sociología, la filosofía y, a veces, la
    política, toman protagonismo en la novela junto a otros elementos
    característicos del género como los avances científicos y tecnológicos.

    Ejemplos: Un mundo feliz (1932), de Aldous Huxley, y 1984 (1949), de
    George Orwell y 
    La Saga de las Fundaciones (1942-1992) de Isaac Asimov.

  • Contacto
    con extraterrestres
    y
    sus consecuencias.

    La Guerra de los Mundos (1898), de H. G. Wells.


  • Robots
    y Androides
    .

    Yo, Robot (1950), de Isaac Asimov 
    El hombre bicentenario (1976).

  • Ucronía: especula sobre mundos alternativos en los que los
    hechos históricos se han desarrollado de forma distinta de como los
    conocemos.

    El hombre en el castillo (1962), de Philip K. Dick.



Entre
los elementos más comunes de la ciencia-ficción encontramos la clonación y
la mutación genética
; la vida extraterrestre junto con la
exploración y colonización espacial; una red artificial que conecta y controla
a todo el mundo; robots inteligentes que buscan someter al hombre; los
viajes en el tiempo
; un futuro apocalíptico o, por el contrario, un futuro
utópico
; el mundo y los hombres controlados por los ordenadores, etc.



Grandes obras y sus autores



Son
muchos los autores, sobre todo británicos y estadounidenses, que han cultivado
la ciencia ficción desde hace un siglo. Hemos mencionado ya a algunos junto a
sus obras más exitosas, y, por último, también podemos mencionar a los siguientes autores con algunos de sus textos más representativos:


  • Ray
    Bradbury
    autor de Crónicas marcianas
    (1950) o Farenheit 451 (1953).

  • Arthur
    C. Clarke
    autor de la genial 2001:
    Odisea espacial
    y su precedente, el cuento, El centinela
    (1968), además de La ciudad y las estrellas (1956) o Cánticos de
    la lejana tierra
    (1986).

miércoles, 14 de julio de 2021

El género narrativo y sus tipologías textuales


 Género narrativo. 

    El GÉNERO NARRATIVO es aquel que se basa en el relato o referencia de hechos, acontecimientos o sucesos. En el hecho narrado confluyen diversos elementos estructurales que configuran el mundo creado por el escritor y que son los personajes, el espacio, el tiempo y sobre todo las acciones y los acontecimientos.
Narra o cuenta sobre un hecho o suceso que ha acontecido, sea en un tiempo presente o a lo largo de un plazo determinado. 

Tipos de textos narrativos:  
Los textos son el resultado del uso que se hace del lenguaje. Frente a un mismo tema se puede utilizar el lenguaje de manera tal que se originen distintos tipos textuales. De esta manera, cada tipo textual tendrá una finalidad diferente.

TEXTO DESCRIPTIVO: busca entregar información específica de algo o alguien, caracterizar, o mostrar – de modo concreto – a una persona o a una situación. Ejemplos de este tipo de texto son las recetas de cocina, índices de libros, los inventarios, las bibliografías, diccionarios; avisos publicitarios y guías.

TEXTO EXPOSITIVO: La función principal de este tipo de texto es difundir o dar a conocer algo, presentarlo o enseñarlo, por medio de un lenguaje claro y ordenado, donde existe una idea eje o principal y una demostración de una hipótesis. Tipos de textos expositivos: Divulgativo: De comprensión sencilla y abierta a todo público. Ejemplos: Conversaciones familiares, anécdotas, chistes, cartas informales, tipos de entrevistas, etc.
Especializado: Implica un mayor grado de comprensión del lector y el lenguaje utilizado es más complejo y elaborado, en ocasiones respondiendo a terminología propia de las ciencias. Ejemplos: conferencias, seminarios, simposios, charlas, informes, discursos (sean científicos, políticos u otros) y entrevistas formales.

TEXTO ARGUMENTATIVO
Este texto trata de persuadir o convencer a quien lee, sobre un punto de vista acerca de algún tema específico, es así que es necesaria la existencia de un emisor que tenga una opinión determinada, que la transmita a un destinatario (o varios) con el fin de hacerle cambiar de parecer o hacerle dudar acerca de su creencia, con la idea de que haga suyo el pensamiento planteado. Que el receptor acepte o acuñe lo que el emisor presenta, dependerá de los argumentos que este último utilice o dé al destinatario y de cuán válidos sean sus defensas respecto al tema en cuestión.

Formas narrativas ficcionales
  En nuestra época, las predominantes son el cuento y la novela. Expresan hoy lo que en otro tiempo fue patrimonio de la epopeya, de la crónica, del folklore y de las leyendas heroicas. 
  En la obra literaria es esencial la función de la palabra poética porque es a través de su mensaje que el escritor crea sus propios mundos de ficción. El lenguaje supera su mero valor de instrumento de comunicación y se convierte en vehículo para la expresión de lo personal.
  Dentro de los textos Literarios (ficcionales) también encontramos: leyendas, fábulas, epopeyas, historietas o cómics y mitos (mundos ficticios). 
No literarios (no ficcionales): diarios, anécdotas, reportajes, relato histórico, crónicas; cartas, noticias, biografías (narran hechos reales). 

La descripción en los textos narrativos: la trama narrativa es la principal, pero no la única. Aparece entre otras, la trama descriptiva (en ella se brindan características de algo o de alguien). 
Esta trama construye, en los cuentos, el mundo en el que ocurre la historia que se narra. La descripción se construye a partir de los siguientes recursos:

* la enumeración de elementos.

* imágenes visuales y comparaciones.

* la descripción del personaje (se denomina retrato).

* se utilizan verbos de estado y de percepción.

* utiliza modalizadores (ciertos adjetivos, sustantivos que acercan al comentario, la evaluación).

* procesos espectáculo: se toma un hecho que es marginal y se lo describe como a algo central.


Los textos literarios tienen una finalidad estética. En el caso de los textos literarios narrativos hay un narrador que presenta los hechos. Estos hechos son ficticios aunque, muchas veces, la literatura toma algún dato o acontecimiento de la realidad y la recrea en una historia ficticia. En este tipo de discurso, prevalece la función poética del lenguaje con una trama narrativa (relato de una sucesión de hechos). Suele haber descripciones de lugares y personajes.


  El cuento: caracteres.

* Es una narración breve

* Está escrito en prosa

* Tiene autor conocido, salvo los que pertenecen al folklore.

* Presenta una trama concentrada en tensión y peripecias para lograr un efecto único.

* No permite muchas separaciones ni de tiempo ni de espacio

* No admite multiplicidad de personajes; aparecen caracterizados con los rasgos estrictamente necesarios.


La novela. Es un formato textual de carácter narrativo más extenso que el cuento. En ella, un narrador relata hechos ficcionales en los que intervienen personajes y que se desarrollan en un espacio y tiempo determinados. A diferencia del cuento, que se centra en una acción privilegiada, la novela, por su extensión y su carácter narrativo y descriptivo, crea mundos complejos, y así da a los lectores la sensación de adentrarse en una realidad alternativa variada y verosímil.

 Diferencias entre el cuento y la novela

    El cuento y la novela al surgir en un mismo terreno (el discurso narrativo) tienen puntos de contacto: ambos proporcionan un conocimiento de la realidad y enriquecen al lector al multiplicar a través de la ficción sus experiencias vitales. El carácter durativo de la novela permite un mayor desarrolllo argumental: la participación de un número más elevado de personajes, descripciones espaciales y temporales detalladas, frente a la brevedad y concisión esenciales al cuento.



  Pero también dentro de las formas narrativas encontramos la crónica periodística, la noticia, el texto de divulgación científica y la biografía, cuya intencionalidad es informativa. A estos últimos se los denomina no ficcionales, ya que no alcanza con que sean creíbles, sino que deben ajustarse a la realidad y por lo tanto, ser veraces.
  Los textos son el resultado del uso que se hace del lenguaje. Frente a un mismo tema se puede utilizar el lenguaje de manera tal que se originen distintos tipos textuales. De esta manera, cada tipo textual tendrá una finalidad diferente.

TEXTO INFORMATIVO: relacionados con la función referencial del lenguaje y que aportan información de diversa índole dentro de dicho texto.  Ejemplos de este tipo de texto son la crónica, la noticia, el reportaje y la entrevista.

La crónica periodística: género periodístico informativo.
Finalidad: divulgar un suceso; informar sobre algún acontecimiento actual o vinculado a la actualidad con la intención de ser objetivos. Entre ellos se encuentran
·         la noticia: narración breve; datos básicos sobre un hecho; responde a seis preguntas básicas: qué (naturaleza del hecho), por qué, cómo, dónde, cuándo y quién.
·          la crónica: más extensa; narra los hechos en forma cronológica; incorpora dichos de terceros (relatos de testigos, de especialistas, de familiares, etc.) y datos de archivos (de noticias o crónicas relacionadas con hechos anteriores, o de otros casos similares con los cuales establecer comparaciones). Caracteres: trama narrativa en la que se desarrollan los episodios, rara vez se incluyen evaluaciones del autor; utiliza vocabulario específico o técnico; se caracteriza por presentar los hechos de manera objetiva, motivo por el cual narra los acontecimientos en 3° persona del singular.
  La crónica policial: tanto la crónica como el relato policial clásico se articulan alrededor de la pregunta acerca del criminal y su móvil. La diferencia está en que en la literatura descubrir el móvil sirve para descubrir al criminal y en la crónica periodística, el criminal importa más que nada para resaltar el móvil. La crónica policial espectaculariza las relaciones de causalidad: “drama por pasión”, “crimen por ajuste de cuentas”, etc. Las causas son estereotípicas, están automatizadas. Las crónicas también se apartan de la literatura porque las redes de sentido que construyen a partir del vocabulario son, clisés, por ejemplo, los delincuentes aparecen como “maleantes”, “malvivientes”, “malhechores”, “forajidos”, “bandidos”, “vándalos”, “piratas”, etc., y los hechos ocurridos como “fatales”, “sórdidos”, “terroríficos”, etc.


jueves, 3 de junio de 2021

La literatura fantástica y el relato maravilloso

Relato maravilloso

Los cuentos maravillosos tienen características que se repiten en mayor o menor medida. A saber:

* Existe un elemento mágico que le da un poder al protagonista (una capa, un sombrero, bebidas mágicas, etc.).

* Las historias no se desarrollan en un tiempo y espacio determinados. Por ejemplo: "Había una vez, en un lejano país..."

* No se respetan las leyes de la naturaleza. Por ejemplo: animales que hablan; hombres invisibles; etc.

* Se exageran las características de las personas (muy buenos, muy malos , muy avaros, muy valientes, muy hermosos, muy feos, etc.), e incluso hay marcados contrastes entre los personajes: bueno/malo; viejo/joven; hombre, monstruo; etc. 

* La apertura y el cierre del cuento son más o menos con las mismas frases: "Había una vez...", "Erase una vez...", "...Y vivieron felices para siempre.", "Colorín colorado...", etc.

* Hay repeticiones de números como cábalas. Por ejemplo: tiene que superar tres pruebas, se piden tres deseos, debe resolver siete enigmas, etc.

* Existen seres maravillosos (brujas, gnomos, hadas, ogros, etc.) que viven e interactúan con los humanos. También hay personajes que encarnan a la Muerte, a Dios o al Diablo.

* La acción se concentra en el personaje principal que no hace cosas inesperadas sino que actúa siempre de la manera correcta y siempre hay prohibiciones que el héroe debe recordar para lograr su objetivo.
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Literatura fantástica: orígenes


 El surgimiento de la literatura fantástica moderna es una típica consecuencia de los conflictos que afronta el pensamiento europeo desde la instauración del Romanticismo. 

  En la Edad Media prevaleció una cosmovisión sobrenaturalista que hizo posible, en literatura, la proliferación de cuentos maravillosos en los que se admitía de manera espontánea y normal la existencia de “otro mundo”, del cual procedían todos los hechos insólitos o extraordinarios que se introducían en la vida humana de “este mundo” y la perturbaban. 
   En tal contexto histórico se consideraban usuales la presencia de las hadas, los milagros de los santos, la acción de Satanás o de sus prosélitos, las magias y taumaturgias de toda índole, tal como lo confirman innumerables relatos considerados absolutamente verídicos y, por supuesto, verosímiles (según se desprende especialmente de multitud de leyendas religiosas).
   Con el transcurso del tiempo se produjo una radical transformación ideológica que circunscribió los alcances de la realidad al mundo de la vida cotidiana, al plano del acaecer secular. Estimulada por el avance de las ciencias y del empirismo filosófico, esta nueva visión estructuró un sistema en el que la posibilidad de lo mágico, lo extraño o lo siniestro pareció quedar excluida. A finales del siglo XVIII, con la irrupción prerromántica, comenzó una renovación del interés por el elemento sobrenatural, acaso favorecida por hondas convicciones que habían permanecido reprimidas en las zonas más penumbrosas del inconsciente.
   El intento de restaurar lo maravilloso se había tornado imposible por la solidez del secularismo imperante, pero como alternativa emergió un tipo de concepción en que los hechos insólitos o extraordinarios son manejados literariamente con la suficiente vaguedad como para resultar compatibles con nuestra imagen de la vida cotidiana e inclusive, según opina Tzvetan Todorov, se presentan como pertenecientes a una zona indeterminada en la que no es posible establecer si tienen origen en una objetividad sobrenatural o en una subjetividad morbosa. Este fenómeno parece formar parte de un complejo proceso que ha tendido a trasladar la noción de la realidad hacia un plano psicológico más bien que sociológico y del cual forman parte hechos literarios (como el avance de lo fantástico o el empleo del monólogo interior) y hechos más generales (como el afianzamiento del psicoanálisis). 


Características:


   La literatura fantástica se ha desarrollado principalmente en el campo de la narrativa y, con especial vitalidad, en el ámbito del cuento que permite un tratamiento más escurridizo y alusivo de las situaciones imaginarias. 
  La variedad de especies que admite esta producción es múltiple: el horror, lo sobrenatural, lo monstruoso, lo indeterminado, la especulación metafísica, la conciencia de la culpa o el pecado, etc.
Algunas variedades de este tipo han logrado emanciparse y han constituido especies independientes, como sucede con la ciencia ficción. También la novela detectivesca parece emparentada en su origen con la producción fantástica, pues solía presentar un enigma indescifrable para la inteligencia común y requería las dotes casi sobrehumanas de un investigador excepcional para resolverlo.



Ingredientes de la materia fantástica:
 la literatura fantástica utiliza como punto de partida los misterios que plantean el hombre y su mundo y que no han tenido una explicación clara y certera: el tiempo, el espacio, los sueños, las dimensiones, la muerte...
   El autor elige uno de esos misterios como tema pero sin intención de resolverlo, sino que, valiéndose de la ausencia de respuestas y de su imaginación, logra crear la incertidumbre. Es por eso que, partiendo de elementos reales y cotidianos (a veces en forma gradual y otras abruptamente) anula la realidad y nos traslada al ámbito de lo misterioso y de lo inexplicable. La incertidumbre proviene de la vacilación entre una explicación natural o una sobrenatural. El escritor busca que el lector se pregunte acerca de la factibilidad de los sucesos, por eso elabora un relato verosímil, al que añade elementos extraños. Éste es el medio de producir la perplejidad y el suspenso, fuente de curiosidad, desazón y, a veces, miedo para el lector.

Tratamiento de la materia fantásticason prácticamente innumerables los medios de que se valen los autores de narraciones fantásticas una vez que han entrado en el proceso mental por el cual liberan su imaginación. Inveden tiempo, espacio, personajes o situaciones y, en ocasiones, todo a la vez.
 Cuando el personaje es presa de las fuerzas sobrenaturales, si es un ser humano puede sufrir, entre otros, el fenómeno de la metamorfosis; si es cualquier elemento de la realidad (animales, objetos, muerte, espíritu) se animiza y adquiere características propias del hombre.
  Si la invasión de lo fantástico se realiza por medio del tiempo y del espacio, se producen traslados a otros tiempos (ya sea al pasado como al futuro) anacronismos parciales; retroceso en la propia historia; detención del tiempo; desajustes entre el tiempo cronológico y el tiempo interior/psicológico; multiplicación en el tiempo; ruptura de las leyes físicas; transmutación de mundos; etc. Otro tema predilecto de los autores es la interrelación entre el sueño y la realidad: sueño dentro de otro sueño; conciencia de que se está soñando; sueños comunes a varias personas; etc. En todos los casos, con un elemento que, luego en la vigilia, deja un rastro: verbigracia, un objeto material presente en el sueño y presente en la vigilia.

Bibliografía consultada
AA.VV., Introducción literaria III, Estrada, Bs. As. 1988.
REST, Jaime, Conceptos fundamentales de la literatura moderna, CEAL, Bs. As., 1979.
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 Manuel Mujica Lainez nació en Buenos Aires en 1910 y murió en 1984. Escribió más de 20 libros entre los cuales vale la pena mencionar: Misteriosa Buenos Aires, Los ídolos, La casa, Invitados en el paraíso, Bomarzo, El unicornio, El viaje de los siete demonios, El brazalete y El escarabajo.
Varios de sus cuentos y novelas fueron llevados al cine y la televisión. Obtuvo múltiples premios por su obra literaria, entre ellos el Premio Nacional de Literatura en 1963 y la Legión de Honor del Gobierno de Francia en 1982. Sus libros fueron traducidos a más de quince idiomas.

Lectura compartida de El hombrecito del azulejo
Publicado en Misteriosa Buenos Aires, de Manuel Mujica Lainez. 



Funciones del lenguaje

  Un mensaje siempre se emite con un propósito determinado, por ejemplo, informar, opinar, producir una determinada sensación o dar una orde...