jueves, 17 de junio de 2021

Barroco en España

 


Renacimiento y Barroco: concepto y definición.


Etimológicamente viene  probablemente, de “berrueco” o
 “barrueco”, la perla de contornos irregulares, y ésta a su vez, de “verruga” (en latín: “verruca”). De ahí pasó a designar el estilo complejo, “arrugado”. Especialmente en España el término “barroco” ha ganado considerable aceptación para designar un estilo literario que se caracteriza por el abandono del aplomo y la frontalidad clásicos del Renacimiento y que tiende hacia las formas extremadas del conceptismo y del culteranismo en poesía. 
El crítico alemán Heinrich Wölfflin ha sostenido que “el barroco es una constante histórica que reaparece en oposición a un estado previo de índole clásica”. 

Características del Barroco
El barroco es un fenómeno artístico de la Europa del Renacimiento cuya fisonomía se distingue por los siguientes rasgos:
1) Un desbordamiento de la línea sobria que caracteriza toda manifestación clásica greco-latina.
2) Una tendencia a la yuxtaposición de elementos que tiende a llevar la obra a lo difuso, lo complicado y lo rebuscado.
3) Una construcción abierta, libre, que no se somete al rigor geométrico de las construcciones clásicas.
4) Una evidente predisposición a que la obra no se manifieste con absoluta claridad, sino envuelta en veladuras, en formas enigmáticas, en expresiones de difícil alcance.
    Como puede verse, el barroco aparece como una reacción contra el espíritu claro y lineal que caracterizó la primera etapa del Renacimiento, de imitación grecolatina. Se da como un fenómeno europeo del siglo XVII, que tuvo su expresión más ejemplar en España, y la tuvo allí como una consecuencia más de la Contrarreforma como una:
a) Lucha contra las formas excesivamente paganas del Renacimiento francés e italiano.
b) Lucha contra las ideas dominantes en muchas zonas de Europa.
c) Defensa de las ideas nacionales españolas y de su tradición espiritual y artística nacidas en la Edad Media, donde predominaba una tendencia hacia las formas complicadas, vale decir, barrocas.
d) Consecuencia del llamado “estilo jesuítico”; compleja elegancia en la que gustaban escribir los hijos de la Compañía de Jesús, tanto en latín como en las lenguas romances.
En España, esta “época barroca” (que alcanzó a la arquitectura, llena de adornos y complicaciones; a la escultura y a la pintura con el Greco y  Velázquez) se desdobla en dos corrientes que luego de transitar caminos paralelos, terminan por identificarse casi en una misma corriente. 
* Una de las tendencias es el Culteranismo, que se da más en verso que en prosa, y busca nuevos cauces poéticos a través de la originalidad. 
* La otra tendencia es el Conceptismo que disloca y renueva las ideas, amanerando el concepto o el pensamiento. Naturalmente esta tendencia va acompañada de una lengua apropiada y, por lo tanto, cae en el Culteranismo. Su campo está en la prosa y deriva principalmente en la sátira. El nombre síntesis del conceptismo español es Francisco de Quevedo (1580-1645). 

Los caracteres del Culteranismo, escuela literaria, son tanto de fondo como de forma

Caracteres de fondo:
1 . Poesía culta, selecta o para minorías (el poeta no escribe para el vulgo, de interpretación casi exclusivamente intelectual).
2 . Es una poesía de misterio, cerrada, en la que, deliberadamente y poniendo para ello todos los recursos, el pensamiento del poeta se expresa por medio de la forma más complicada y oscura posibles.
3 . Se inspira casi siempre en los temas de la mitología clásica, lo cual supone, si no existe en el lector un minucioso conocimiento de esta disciplina, otra grave complicación para la inteligencia de sus composiciones.

Caracteres de forma:
1 . Busca siempre un vocabulario exquisito. Son los llamados “cultismos”, es decir: palabras derivadas directamente del latín, que no eran de uso vulgar corriente. Muchas de estas palabras (fulgor, arrogar, joven, candor, construye, armonía, métrica, etc.) son hoy tan usuales como cualquier otra, pero entonces, tenían un “valor aristocrático” dentro del lenguaje.
2 . A la renovación del vocabulario corresponde una renovación de la sintaxis. Ésta tiende, como todo el arte barroco, a lo complicado, difícil y oscuro. De todos los recursos sintácticos empleados, el más frecuente es el hipérbaton, que es la alteración del ordenamiento lógico de la oración (sujeto+verbo+complementos), que en español es frecuente, y que Góngora (principal representante de la escuela culterana; natural de Córdoba en 1561; de enorme influjo en la lírica americana), por ejemplo, llevó a un grado de extraordinaria exageración.
3 . El verso tiende a la melodía. El poeta quiere y busca una musicalidad expresiva.
4 . Por último, el “hermetismo” de la poesía culterana se obtiene por el gran recurso de las analogías y las metáforas brillantes e inesperadas. Las metáforas suelen ser complejas, buscando correspondencias remotas (“ramillete con alas” > el pájaro), cuando no son complicadas con sutiles referencias mitológicas (“el mentido robador de Europa” > el toro, es decir, Júpiter transformado en toro, que fue la forma adoptada por éste a fin de raptar a la esquiva ninfa Europa).

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