
Dequeísmo
Como dequeísmo se conoce el uso inapropiado de la secuencia de que para introducir oraciones subordinadas que no admiten este régimen verbal (ya trabajaremos sobre oraciones subordinadas de manera presencial, no se preocupen).
El dequeísmo, en este sentido, implica agregar la preposición de antes de la conjunción que para forzar la secuencia de que aunque el verbo que rige la oración no la amerite. Por lo general, el dequeísmo se produce por ultracorrección, es decir, para evitar cometer queísmo, error frecuente en el habla coloquial (verán después de unos ejemplos en qué consiste).
Ejemplos de dequeísmo:
Incorrecto: Ella me dijo de que viniera a la casa.
Correcto: Ella me dijo que viniera a la casa.
Incorrecto: A Luis le preocupa de que los niños no hayan llegado.
Correcto: A Luis le preocupa que los niños no hayan llegado.
Incorrecto: Yo opino de que lo mejor es bajar los impuestos.
Correcto: Yo opino que lo mejor es bajar los impuestos.
Incorrecto: Les comunico de que mañana hay prueba.
Correcto: Les comunico que mañana hay prueba.
Correcto: Les comunico que mañana hay prueba.
Incorrecto: Puedo ir a tu casa, a no ser de que tú quieras venir a la mía.
Correcto: Puedo ir a tu casa, a no ser que tú quieras tú venir a la mía.
¿Cómo evitar el dequeísmo?
Una forma de evitar el dequeísmo es formulando la oración con la cual tengamos dudas en forma interrogativa. Así, si la pregunta exige ir encabezada por la preposición de, entonces no estamos incurriendo en dequeísmo. En caso contrario, sí.
Una forma de evitar el dequeísmo es formulando la oración con la cual tengamos dudas en forma interrogativa. Así, si la pregunta exige ir encabezada por la preposición de, entonces no estamos incurriendo en dequeísmo. En caso contrario, sí.
Por ejemplo, si formulamos la siguiente oración
“yo opino de que lo mejor es bajar los impuestos”
En forma interrogativa, obtendríamos “¿qué opino yo?”, y no “¿de qué opino yo?”.
Queísmo
El queísmo consiste en el uso incorrecto de la conjunción que cuando corresponde la secuencia de que. Dicho de otro modo, es la omisión de la preposición de cuando lo adecuado es utilizar de que.
Dequeísmo y queísmo son incorrecciones sintácticas opuestas. El queísmo, al contrario que el dequeísmo, es la omisión de la preposición de cuando corresponde la secuencia de que. Por ejemplo: “No me di cuenta que habías llegado”, en lugar de “no me di cuenta de que habías llegado”. La comprobación sería la interrogación: ¿De qué no me di cuenta?
En cambio, el dequeísmo, como ya vimos, implica forzar la secuencia de que cuando ésta no viene exigida por el verbo que rige la oración. Por ejemplo: “Yo pienso de que hicimos lo mejor”, cuando lo correcto habría sido “yo pienso que hicimos lo mejor” (¿Qué pienso yo?).
En cambio, el dequeísmo, como ya vimos, implica forzar la secuencia de que cuando ésta no viene exigida por el verbo que rige la oración. Por ejemplo: “Yo pienso de que hicimos lo mejor”, cuando lo correcto habría sido “yo pienso que hicimos lo mejor” (¿Qué pienso yo?).
La secuencia de que, por su parte, se emplea como expresión introductora de ciertos complementos cuando el verbo que rige la oración exige la preposición de.
Aunque el queísmo es frecuente, sobre todo, en el habla coloquial, se aconseja evitarlo, pues se considera un barbarismo.
Incorrecto: Ya era hora que fueran saliendo.
Correcto: Ya era hora de que fueran saliendo.
Incorrecto: Nadie se dio cuenta que yo estaba ahí.
Correcto: Nadie se dio cuenta de que yo estaba ahí.
Incorrecto: Dijo que llegaría antes que anocheciera.
Correcto: Dijo que llegaría antes de que anocheciera.
Incorrecto: La convencí que viniera.
Correcto: La convencí de que viniera.
Incorrecto: Estoy seguro que lo dejé aquí.
Correcto: Estoy seguro de que lo dejé aquí.
Incorrecto: Vine a pesar que me dijeron que no habría clases.
Correcto: Vine a pesar de que me dijeron que no habría clases.
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