Poesía Renacentista
Poesía italianizante en España, Petrarquista: Boscán y Garcilaso de la Vega (1501?-1536).
Garcilaso de la Vega, nacido en Toledo, fue un poeta renacentista español, perteneciente a una noble familia castellana, Garcilaso de la Vega participó ya desde muy joven en las intrigas políticas de Castilla. En 1510 ingresó en la corte del rey Carlos I y tomó parte en numerosas batallas militares y políticas.
Imitando modelos extraños, alcanzó cierto grado de originalidad, enriqueciendo a su patria, no sólo con buen número de formas técnicas, sino también con un nuevo lenguaje poético. Naturalizó en España el soneto, pues dispuso de tal modo los versos de siete y once sílabas, que lograron la fascinación de su melodía. Sobrevive como Príncipe de los Italianistas, como maestro consumado de la forma del Cinque Cento.
• Poesía pura, tan esencialmente lírica, por los temas y motivos de inspiración de la misma, bien podría clasificársela de poesía de circunstancias, y con una sinceridad hasta entonces poco vista y que aparece en toda su obra poética, y que en la mayoría de los casos, tiene origen en emociones o sentimientos experimentados en los hechos de la vida misma del poeta.
• La temática garcilasista se recluye en algunos temas comunes al Renacimiento, su poesía está revestida de cierto idealismo y optimismo característicos de la primera mitad del siglo XVI, uno de ellos es el culto a la mujer, idealizada, adorada, casi deificada y, por lo tanto lejana, esquiva e inalcanzable.
Garcilaso señala los caracteres fundamentales de la poesía:
1) naturalidad (huir de la afectación).
2) selección (términos muy cortesanos y admitidos de los buenos oídos).
3) no invención (términos no nuevos ni al parecer desusados de la gente).
Gracias a aquella norma selectiva, el habla de Garcilaso reviste un aire de elegancia perdurable, un sabor de modernidad para todas las épocas, debido a la atinada elección de lo más usual, de lo más popular, de lo más natural, que al fin y al cabo es lo más permanente del idioma, lo más sustraído a los influjos efímeros de la moda.
Sonetos: estructura, métrica y estilo
Desde él, los sonetos que habían alcanzado inusitada perfección con Petrarca, y otros poetas italianos del Renacimiento, entran en la literatura española de manera definitiva, y se convierten en las formas de expresión poética del Siglo de Oro. Después de la publicación de sus versos, gracias al prestigio de la forma bellísima de éstos, el endecasílabo se impuso triunfalmente en nuestra lengua, casi sin oposición.
Los treinta y ocho sonetos son los más bellos y perfectos que aparecen cronológicamente en la poesía española, inspirados varios de ellos en su amor por Isabel Freyre. Como toda su obra, éstos también fueron escritos en endecasílabos italianos.
ESCRITO ESTÁ EN MI ALMA VUESTRO GESTO |
Garcilaso de la Vega
SONETO V
Escrito está en mi alma vuestro gesto,
y cuanto yo escribir de vos deseo;
vos sola lo escribisteis, yo lo leo
tan solo, que aun de vos me guardo en esto.
En esto estoy y estaré siempre puesto;
que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.
Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma mismo os quiero.
Cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir, y por vos muero.
Análisis de las lecturas realizadas.
El soneto V recoge la tradición neoplatónica del amor. Al enamorado se le graba en el corazón el rostro de la dama como signo de un amor eterno: escrito está en mi alma vuestro gesto viene a decir que el poeta está enamorado, que el “gesto” (rostro) de la dama la lleva inscrita en su interior.
En este soneto, además, Garcilaso de la Vega se libera de la casi inevitable exaltación de la dama mediante la hipérbole sagrada («tomando ya la fe por presupuesto»). Mediante el tópico de la humilitas el poeta confiesa a la dama que él no es el verdadero autor del poema sino que es su corazón y él únicamente es el medio por el que escribe su amor. Amar a esta dama forma ya parte de su vida en tanto que “estoy y estaré” amándola siempre y también porque él sólo nació para amarla (perífrasis v.9).
"A un hombre de gran nariz"
SONETO V
Escrito está en mi alma vuestro gesto,
y cuanto yo escribir de vos deseo;
vos sola lo escribisteis, yo lo leo
tan solo, que aun de vos me guardo en esto.
En esto estoy y estaré siempre puesto;
que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.
Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma mismo os quiero.
Cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir, y por vos muero.
Análisis de las lecturas realizadas.
El soneto V recoge la tradición neoplatónica del amor. Al enamorado se le graba en el corazón el rostro de la dama como signo de un amor eterno: escrito está en mi alma vuestro gesto viene a decir que el poeta está enamorado, que el “gesto” (rostro) de la dama la lleva inscrita en su interior.
En este soneto, además, Garcilaso de la Vega se libera de la casi inevitable exaltación de la dama mediante la hipérbole sagrada («tomando ya la fe por presupuesto»). Mediante el tópico de la humilitas el poeta confiesa a la dama que él no es el verdadero autor del poema sino que es su corazón y él únicamente es el medio por el que escribe su amor. Amar a esta dama forma ya parte de su vida en tanto que “estoy y estaré” amándola siempre y también porque él sólo nació para amarla (perífrasis v.9).
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Barroco en España: Luis de Góngora y Argote (1561-1627), Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645) y Fray Lope Felix de Vega Carpio (1552-1632).
Lecturas compartidas en voz alta de:
Lope de Vega: "Soneto"
Un soneto me manda hacer Violante
que en mi vida me he visto en tanto aprieto;
catorce versos dicen que es soneto;
burla burlando van los tres delante.
Yo pensé que no hallara consonante,
y estoy a la mitad de otro cuarteto;
mas si me veo en el primer terceto,
no hay cosa en los cuartetos que me espante.
Por el primer terceto voy entrando,
y parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.
Ya estoy en el segundo, y aun sospecho
que voy los trece versos acabando;
contad si son catorce, y está hecho.
Francisco de Quevedo:
"Soneto amoroso definiendo el amor."
Un soneto me manda hacer Violante
que en mi vida me he visto en tanto aprieto;
catorce versos dicen que es soneto;
burla burlando van los tres delante.
Yo pensé que no hallara consonante,
y estoy a la mitad de otro cuarteto;
mas si me veo en el primer terceto,
no hay cosa en los cuartetos que me espante.
Por el primer terceto voy entrando,
y parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.
Ya estoy en el segundo, y aun sospecho
que voy los trece versos acabando;
contad si son catorce, y está hecho.
Francisco de Quevedo:
"Soneto amoroso definiendo el amor."
Es yelo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
en un breve descanso muy cansado;
es un descuido que nos da cuidado,
un cobarde, con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado;
es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero parasismo;
enfermedad que crece si es curada.
Éste es el niño Amor, éste es el abismo.
¡Mirad cuál amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario de sí mismo!
Barroco: tema, el amor, el amante, el sujeto de una pasión que es dolor y ausencia. Típico uso de antítesis constantes; participios adjetivales (helado/cansado/cuidado/amado/encarcelada/curada). Insistencia en el uso del verbo ser en el sentido de esencia. Aparece la mitología grecolatina en la personificación del niño Amor.
"A un hombre de gran nariz"
Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una alquitara* medio viva,
érase un peje espada mal barbado;
era un reloj de sol mal encarado,
érase un elefante boca arriba,
érase una nariz sayón** y escriba,
un Ovidio Nasón*** mal narigado.
Érase el espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce tribus**** de narices era;
érase un naricísimo infinito,
frisón archinariz, caratulera,
sabañón garrafal morado y frito*****.
*Alambique: objeto para destilar con tapa puntiaguda.
**Alguacil: figurativo, hombre de aspecto feroz.
***Conceptismo: doble sentido, Nason poeta latino, y naso en latín significa nariz.
**** Hlipérbole que da a entender que su nariz equivalía a los doce tribus de Israel
*****Frisón: de gran tamaño. Sabañón: con hinchazón. En estos dos versos hay una metáfora que sugiere una nariz hinchada y roja.
Luis de Góngora:
"Contra Lope de Vega" (86, en Antología poética)
Dicen que ha hecho Lopico *
contra mí versos adversos;
mas si yo vuelvo mi pico,
con el pico de mis versos
a este Lopico lo-pico.**
* Aliteración: repetición de sonidos
** Juegos de palabras
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