jueves, 6 de mayo de 2021

Los pronombres y su aspecto semántico, morfológico y sintáctico

 PRONOMBRES

 

            Aspecto morfológico: no se comportan de manera homogénea, pues algunos presentan variación en género y número, y otros son invariables (mío/a/s/as: masc/fem/sing/plural; donde: invariable)

            Aspecto semántico: en la lengua, existen palabras de significado preciso (mesa, amor, día), haciendo referencia a un objeto con determinadas características (cuadrada, con patas, lluvioso, frío).  En cambio cuando se dice "esa", "mi", "donde", él, no se está haciendo referencia a ningún objeto en particular.

            El pronombre es una palabra de referente ocasional (es decir, depende de la situación comunicativa del discurso ocupará el lugar de un adjetivo, un sustantivo o un adverbio y cumplirá respectivamente las mismas funciones que éstos) y no es descriptiva (es decir, no agrega ningún elemento conceptual o dato acerca de aquello a lo que se refiere).

            Para la definición del pronombre, no se ha recurrido a un criterio sintáctico (determinádolo a partir de sus funciones en la oración) ni a un criterio morfológico (clasificándolo de acuerdocon las variaciones que pueden sufrir en su forma), sino a un criterio semántico. Ésto tiene una explicación. Sucede que, desde el punto de vista sintáctico, un pronombre puede cumplir distintas funciones en una oración (sustantivo, adjetivo, adverbio), y desde el punto de vista morfológico puede variar en género y número o puede no hacerlo. Estas variaciones hacen que sea difícil definir el pronombre desde los criterios sintáctico y morfológico.

            Sintaxis del pronombre: pueden funcionar como sustantivos, adjetivos o adverbios.

            Los pronombres personales: son aquellos que designan a las personas que intervienen en el acto comunicativo (primera y segunda) y a la que por no estar participando del acto comunicativo directamente- se denomina "no persona" (tercera).

** La forma nominal responde a las funciones del sustantivo (núcleo del sujeto, del término, del predicado no verbal nominal, del predicativo subjetivo obligatorio) y son : Yo; tú/vos; él/ella; nostros/as; vostros/as; ellos/as).

-----SES-----  --PVS--------------------

[Nosotros estamos en casa.] OB     

       n             vn        n/s   T

                                 CL (lugar)

** La forma objetiva responde a las de objeto directo e indirectome, te, la/lo/le/se, nos, ustedes/os/los/las/les/se, las/los/les/se.

------------PVS----------------------

[Se lo dieron ayer] OB      ST: ustedes/ellos/ellas

 OI OD  vn       CTiempo

 Los pronombres a los que se puede denominar enclíticos, son los pronombres objetivos, es decir aquéllos que suplantan o reemplazan al Objeto Directo o al Objeto Indirecto, y que se adjuntan/pegan al final del verbo. Así, podemos decir en una oración:

Dale el plato a tu mamá
nv     --OD--  -- OI------

Y podemos reemplazar el OD por lo/los/la/las y el OI por te/me/se/no/os/le/les, y sería:

Dáselo (al pegárselo se lo denomina enclítico)
nv OI OD
   Podría elegirse decir Se lo da, sin embargo se decide convertir en una sola unión de las tres palabras, que sintácticamente siguen siendo tres, por eso lo llamaremos enclítico.

** La forma terminal responde a las de término de un complementomí/conmigo, tí/contigo, sí/consigo, nosotros, vosotros/vosotras/ustedes, ellos, ellas.

------------PVS----------------------

[No pueden <salir sin mí> ] OB      ST: ustedes/ellos/ellas

CN      vn          n   n/s   T

                              CCCía

                      -------OD----

            Los pronombres posesivos: concuerdan en número con la palabra a la que modifican (funcionan sintácticamente como MD) y en persona con el poseedor:

** de 1º persona del singular: "mi"/"mis"; "mío/a"; "míos/as".

** de 2º persona del singular: "tu/tus", "tuyo/tuya"; "tuyos/tuyas".

** de 3º persona del singular: "su/sus"; "suyo/suya"; "suyos/suyas".

** de 1º persona del plural: "nuestro/nuestra"; "nuestros/nuestras".

** de 2º persona del  plural: "vuestro/vuestra"; "vuestros/vuestras"; "su/sus/suyo/suya/suyos/suyas".

** de 3º persona del  plural: "su/sus"; "suyo/suya"; "suyos/suyas".

Las formas plenas, como "mío", "tuyo", "suyo", se usan para sustituir al sustantivo poseído o cuando el pronombre va después de éste, en cuyo caso, concuerdan en género y número.

---SES.......  ..............PVS...

[Su   país  es muy pobre.] (cumple la función sintáctica de un adjetivo)

MD           VN         PSO

 ....SES...    ............................PVS..........                       

[El suyo    es el mejor país del mundo] (se ha sustantivado)

       n        nv                PSO

...........SES...............................   ..........PVS.......

[El país suyo / La nación suya es importante.]

                MD                            vn        PSO

 

            Los pronombres demostrativos: indican una relación de distancia entre el objeto o ser señalado y el hablante:

** Relación más cercana al hablante: "este", "esto","estos", "estas"

** Relación no tan cercana al hablante: "ese", "esa", "esos", "esas"

** Relación más lejana al hablante: "aquel", "aquella", "aquellos", "aquellas".

            Los pronombres relativos, interrogativos e indefinidos: los relativos introducen una oración realizando una función gramatical específica (sujeto, complemento, etc.: quien, cuyo, cual, etc.). Los pronombres interrogativos comportan una referencia a algo sobre lo que preguntan (quién, cuál, dónde, cuánto, etc.). Los pronombres indefinidos son aquellos que señalan personas u objetos sin identificarlos (algunos, ciertos, ninguno, etc.), es decir, atribuyen un sentido vago e impreciso en cuanto a la cantidad o cualidad del nombre determinado.

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Pronombres del segundo grupo. Compartamos el siguiente tutorial.


Pronombres relativos
: NO LLEVAN TILDE. 
Estos pronombres introducen proposiciones subordinadas en la oración (no se preocupen, que las veremos en cuando tengamos clases presenciales con su debida dedicación) y sustituyen a un sustantivo, denominado antecedente, que los  precede en la oración o en el discurso y funcionan a la vez como nexo de subordinación y como sustantivo, desempeñando las mismas funciones que éste: (el/lo/los/la/las) que, (el/lo/los/la/las) cual/es, cuyo/s/a/as, cuanto/a/s.
¡Les deseo que tengan un buen fin de semana!

Pronombres indefinidos.   Veamos este tutorial
I) Designan personas u objetos sin precisar (algún/o/a/as; nadie; alguien; cualquiera; quienquiera; otro/a/as/os; etc.)
II) Indican cantidad o identidad de forma imprecisa o general (poco/a/as/os; bastante; mucha/o/os/as; etc.)
III) Pronombres numerales: uno/a/as/os; el triple; el segundo; la mitad; etc.
Alguno podría pensar que uno no es lo bastante decente como todos quisieran.

Pronombres enfáticos. SIEMPRE LLEVAN TILDE, no importa que no tengan los signos de interrogación o de exclamación.I) Pronombres interrogativos: sustituyen a un sustantivo o un adjetivo por el cual se pregunta o que no se conoce (¿qué? ¿quién/es? ¿cuánto/a/s? ¿cuál/es? ¿cómo? ¿por qué?).
II) Pronombres exclamativos: reemplazan a un sustantivo sobre el que el hablante manifiesta algún tipo de emoción. Sus formas son las mismas que las de los pronombres relativos y desempeñan las mismas funciones.
¡Qué
 
frío que hace!

 El pronombre funciona en el texto, como una “instrucción de búsqueda”, es decir que para saber a qué se refiere, hay que buscar en el texto su antecedente (si el referente ya fue mencionado) o su consecuente (si el referente se menciona después).

1)  Desde el punto de vista sintáctico, los pronombres indefinidos pueden funcionar como:

sustantivos: 

 --SS--  -------PVS-----

[Otro   vendrá mañana.] OB

                vn         c.t .


adjetivos:  

  -----SS-------- --------PVS-----              

 [Otra persona vendrá mañana. ] OB   

    md     n          vn         c.t. 


   -SS-     --------PVS--------

[Ella     es   poco cuidadosa. ]OB

  n        vn   md        n

                  ------PSO------


adverbios: 

 ------------PVS--------

[Estudiaste muy poco.] OB

     vn          md     n

                 --circ. modo/cant.-

2) Desde el punto de vista sintáctico, los pronombres interrogativos y enfáticosal igual que el resto de los pronombres, tampoco constituyen un grupo homogéneo, pues pueden funcionar:

como sustantivos:

 -----SS--  -----PVS-----

[¿Quién    te   lo   dijo?] OB

      n          oi  od    vn


como adjetivos:   

------------PVS------

[¿Qué auto querés? ] OB    ST: vos

   md   n        vn

  ----od----


como adverbios:

  ----------PVS---------

[¿Cómo    llegó aquí?] OB    ST: él/ella/usted

 c.modo     vn     c.l.



Sustantivos, adjetivos y adverbios: aspecto semántico, morfológico y sintáctico

 


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EL SUSTANTIVO



 



Oficios que desempeña: designa seres, cosas, lugares,
con existencia material, real o no.



            Morfológicamente: es un tipo de
palabra variable. Su forma cambia para indicar número (ombú/ombúes,
cruz/cruces, humo/s) y género (maestro/a, presidente/presidenta, actor/actriz,
héroe/heroína, poeta/poetisa, alcalde/alcaldesa, etc.).



            Aspecto semántico: clase de palabra
que, según su significado, se clasifica en: sustantivos comunes (son
descriptivos por dar rasgos del ser o cosa que nombran, comunes a todos los de
su clase o especie: gato), propios (son no descriptivos: Felix, Godoy Cruz),
concretos (nombran seres u objetos con existencia real o pensada como real:
piedra, animal, dragón, mesa), abstractos (nombran cualidades: bondad,
comprensión), individuales (designan a un ser o cosa: árbol) y colectivos
(nombran el conjunto: arboleda)



            Aspecto sintáctico: el sustantivo
cumplirá las funciones de: núcleo (n) del sujeto (hombre solitario), del término
(T)
(de la luna), del predicado no verbal nominal (PnoVN) (Mi
hijo, un santo), predicativo
subjetivo obligatorio
(Mi hijo
es un santo).



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EL ADJETIVO



Oficios que desempeña: califica o determina al
sustantivo.



            Morfológicamente: es una clase de
palabra que presenta variaciones de género (masculino o femenino) y de número
(singular o plural), según el sustantivo al que modifique.



            Aspecto semántico: desde el punto de
vista de su significado, se clasifican en descriptivos
y no descriptivos (o no
connotativos), según caractericen o no al sustantivo que modifican. Descriptivos: pueden ser calificativos
(expresan propiedades: delator, sincero, etc.); numerales que son aquellos que
expresan cantidad: cardinales (siete, dos), ordinales (octavo, primero),
múltiplos (doble, mitad), partitivos (medio), distributivos (cada); gentilicios
(expresan lugar geográfico o de procedencia (argentino, mendocina).



            Aspecto sintáctico: MD del sustantivo y concuerda con él en
género y número. El predicativo
subjetivo
es un modificador del verbo que, a la vez concuerda en género y
número con el sustantivo núcleo del sujeto (El perro es amistoso / Los perros son amistosos / La perra es amistosa). El
predicativo subjetivo es obligatorio
(PSO)
con los verbos copulativos (ser, estar, parecer, semejar, yacer), que
son aquellos que necesitan obligatoriamente este modificador para completar su
significación en ciertas oraciones. Cuando modifica a verbos no copulativos, el
predicativo subjetivo es no obligarorio (PSnoO).



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EL ADVERBIO



Oficios que desempeña: califica o determina al verbo (trabaja bien; viene hoy; estudió poco); al adjetivo (muy blanco; tristemente
célebre); al adverbio demasiado tarde; bastante bien)



            Morfológicamente: se caracteriza por
ser una palabra invariable, es
decir, no varía en género ni en número. Sin embargo admite la derivación de
diminutivos, aunque esta posibilidad aparece con más frecuencia en la lengua
coloquial (tempranito, cerquita) y también admite superlativos (muchísimo,
tempranísimo).



            Aspecto semántico: es una clase de
palabra que designa, principalmente, las circunstancias en las que se realizan
las acciones. Clasificación semántica del adverbio: de lugar (cerca, arriba),
de tiempo (hoy, antes, ahora), de modo (bien, fácilmente), de afirmación (sí,
también, ciertamente), duda (quizás, acaso), de cantidad (mucho, bastante), de
negación (no, jamás, tampoco). Los adverbios terminados en -mente resultan de la unión de un adjetivo que si es variable,
adopta su forma femenina más la terminación -mente
(en general, estos adverbios son de modo: cuidadosamente, forzosamente).



            Aspecto sintáctico: puede ser el núcleo del predicado no verbal adverbial (PnoVA)
(El más alto, atrás). El circunstancial es un modificador del
verbo (núcleo del predicado verbal). Los circunstanciales pueden construirse
mediante palabras (adverbios) o construcciones que cumplan la misma función del
adverbio. Clasificación semántica de los circunstanciales: lugar, tiempo,
cantidad, causa, finalidad, modo, compañía, afirmación, negación, instrumento,
duda.



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miércoles, 5 de mayo de 2021

La literatura y la lengua gauchesca




Literatura gauchesca

                                     






Los escritores en la Argentina a finales del siglo XIX.

Con alianzas individuales y /o familiares, se levantó una pirámide social, estrictamente definida, en la cual algunos patrones se convertían en clientes de otros patrones, aun más poderosos, apareciendo la figura de un super patrón que con su mano protectora, pero al mismo tiempo implacable, repartidora tanto de generosos beneficios como de severos castigos, se erguía por encima de toda la nación. Si hubo una herencia palpable que nos dejó el dominio español, eso fue el caudillismo. Aunque a decir verdad, la corona temía que un caudillo militar victorioso construyera en un territorio lejano un poderío personal extraordinario.

  El poder se organiza piramidalmente de modo tal que cada caudillo "de base o puntero" se conecta con otro u otros rangos superiores,  con las cuales forma una estructura de dominación articulada mediante el intercambio de "favores" recíprocos. En su cima se encuentra siempre un referente "influyente" de nivel nacional que necesita de este caudillo menor para controlar las autonomías de ciertos grupos sociales a fin de facilitar su encuadre político.
   En esta confrontación tenemos los unitarios que querían que Buenos Aires impusiera su autoridad sobre la provincia y los federales que querían su autonomía. La soberanía de la Provincia fue el foco de resistencia de los Riojanos. De esta resistencia surge la figura del caudillo, en este caso en particular la figura de Facundo Quiroga (1788-1835), que en sus inicios políticos actuó como mediador de conflictos y no como guerrero. Su capacidad de convocación se inicia como estanciero y es allí como surge su caudillismo, que luego pasa a ser universal con la obra de Sarmiento- Facundo.
En ese contexto histórico y político viene creciendo un nuevo estilo literario:
la literatura gauchesca.

Dentro de esta literatura escrita por hombres cultos como José Hernández, aparecerá en 1872 la primera parte de Martín Fierro.

• Autores representativos de la Literatura gauchesca:  

• Bartolomé Hidalgo (1788-1822?). Es el primer escritor que utiliza con su lengua y modalidad características, temas nacionales, forjándolos mediante una estética independiente de todo molde europeo. Eran los cielitos, especies de coplas populares con estribillo que circulaban anónimas por la campaña desde los orígenes coloniales. El cielo titulado Un gaucho de la Guardia del Monte contesta al manifiesto de Fernando VII y saluda al Conde de Casa Flores pertenece a Hidalgo. La obra más representativa de Hidalgo: los Diálogos.

• Hilario Ascasubi (1807-1875) Publicó en París en 1872 su extenso poema (cerca de trece mil versos) Santos Vega  o  Los mellizos de la Flor. También son importantes los famosos Trovos, firmados con los pseudónimos de “Aniceto el Gallo” o “Paulino Lucero”, en los cuales reúne todas las composiciones, décimas especialmente, que, en la lengua gaucha, dirigió satíricamente a sus enemigos políticos.

 • Estanislao del Campo (1834-1880) Pertenece un poco lateralmente a este grupo de los gauchescos, pero se lo incluye por su notabilísimo Fausto, una de las más auténticas joyas de la literatura argentina del siglo XIX. Del Campo emplea la lengua de los gauchos en dos direcciones: para hacer poesía satírica, social y política, bajo el seudónimo de “Anastasio el pollo" (imitando al de Ascasubi, “Aniceto el gallo”,  de quien se declaraba discípulo); o para experiencias literarias del tipo del Fausto. Esta obra literaria es como un juego divertido para someter un tema culto y europeo al molde y caracteres de nuestra literatura gaucha. Su origen es el siguiente: una noche del año 1866, en el viejo teatro Colón de Buenos Aires (en la esquina de Reconquista y Rivadavia), Del Campo escuchaba con dos amigos (Guido Spano y Ricardo Gutiérrez), la ópera de Gounod recién estrenada “Fausto”. En los intervalos, con su facilidad para “versear a lo payador”, Del Campo comentaba a sus amigos el espectáculo, improvisando coplas en lengua gauchesca. Un mes más tarde, el Fausto aparecía impreso en un folleto con éxito extraordinario.

• José Hernández (1834-1886) Con el autor del Martín Fierro el romanticismo gaucho llega a una madurez definitiva e insuperada.
      Realizó Hernández el aprendizaje de la región porteña y litoral en contacto con la vida misma; un realismo absorbente lo va empapando del significado y la conciencia de esas zonas, cuyos problemas y dolores conocería a través de sus ambientes representativos: la política, como taquígrafo del Senado de Paraná; la lucha partidaria a través del periodismo entrerriano y porteño; el campo y los paisanos, porque convivió largos años entre sus ranchos, desde niño; el ejército, luchando en las filas de la Confederación.
    Existía una pugna significativa entre Sarmiento, permanente azote del gaucho y sus costumbres, y Hernández, tanto que lo llevó al primero a clausurarle, en 1870, el periódico El Río de la Plata, por su acerba crítica al gobierno y por su tenaz defensa de los gauchos campesinos.

    Conviene decir, que Martín Fierro, y Facundo de Domingo Faustino Sarmiento son las dos obras de la literatura argentina que, real y positivamente han trascendido las fronteras nacionales para colocarse en el rango de las producciones universales. 

     El Martín Fierro trascendió de lo nacional a lo internacional, y hoy pueden considerarse ya sus figuras, sus símbolos, sus escenarios, su filosofía y su estilo como absolutamente incorporados al patrimonio “épico” de la literatura universal. Martín Fierro incluso tuvo un enorme alcance hacia lectores de todas partes, pues llegó a ser traducido a 32 idiomas.

La poesía gauchesca: La escuela romántica en sudamérica.

Bien, veremos un poco más sobre el contexto literario que rodeaba a Martín Fierro

Una de las consignas de la escuela romántica fue recuperar los valores de la poesía popular: los elementos nacionales, los matices propios de cada territorio.

 La vida americana, por su parte, había dado origen a una modalidad, un ambiente, un cuadro físico y humano, todo lo cual, a su vez, crea una serie de fenómenos artísticos propios y característicos de la tierra: ésta es la corriente popular:
    
* Esta corriente es un hecho manifiesto en todo el perímetro americano desde el descubrimiento, pero su desarrollo en forma escrita regular comienza sólo con el movimiento romántico. Los asuntos y modos de la corriente popular llegaron a ser temas y maneras para escritores cultos.

*   La corriente popular, originó en el Río de la Plata la llamada poesía gaucha o gauchesca, la que pinta la vida, costumbres y motivos (con una lengua y estilo peculiares) del campesino argentino-uruguayo (el gaucho), ya sea como nómade ganadero, que era su forma más común de trabajo, o como paisano sedentario de la chacra, sumando a todo el elemento humano que lo rodea: el indio aborigen, el negro con sus cruzas, el gringo inmigrante, etc.

* La literatura gauchesca tiene una lengua y un escenario típicos:
1) Un escenario geográfico característico: la pampa húmeda de pastos ganaderos, que ocupa gran parte de la provincia de Buenos Aires, sur de la República Oriental del Uruguay, sur de las provincias de Entre Ríos y Santa Fe, y este de la provincia de Córdoba).
2) Lengua Gauchesca: Lengua escrita por autores cultos que los gauchos y nuestros campesinos del desierto ganadero utilizaban desde fines del siglo XVIII hasta casi fines del siglo XIX. En la actualidad, por influjo del cosmopolitismo creciente y los medios masivos de comunicación, la lengua típica gaucha ha comenzado a disolverse y unificarse por un fenómeno de urbanización y asimilación del campo. 


• Las principales fuentes que originaron la lengua gauchesca:

 1) Arcaísmos del siglo XVI: palabras que por razones de distancia y aislamiento quedaron rezagadas en el campo desde la época de la conquista española: ilesia, agora, ansina, rancho, trujo, etc.

 2) Transformaciones fonéticas de voces cultas: el fenómeno es muy complejo, y corresponde a un estudio profundo de gramática histórica. Nos limitaremos a dar unos cuantos ejemplos:  transformaciones por metátesis [naides, murciégalo, etc.], epéntesis [haiga], falsos diptongos donde antes no había [aura, peliar], síncopas [simplificación lingüística en la cual cae el sonido vocálico interdental: cansao, cuñao, letrao, etc.], cambio de sonidos consonánticos [juera por fuera; güeno por bueno; juir por huir], etc.

3) Vocabulario indígena: palabras con las cuales se denominan los productos de la flora y fauna indígenas, desconocidos en Europa: chajá, maíz, mandioca, etc.


El romanticismo en la gauchesca y su contexto

Para quienes así lo deseen, pueden compartir la lectura sobre la Ida (la primera parte) pulse aquí


Aquí continuaremos investigando de qué manera los escritores argentinos de finales del siglo XIX escribieron dentro del ideario del Romanticismo, y que plasmaron en ese movimiento distintos géneros que estaban en diálogo con la serie de discursos históricos, artísticos y literarios.

El romanticismo en América:
Encontraremos a lo largo de estos cincuenta años del Romanticismo, aquel que desde 1832 introdujo Echeverría en la Argentina hasta su expresión en 1872 de la Ida de Martín Fierro, dos elementos en común, bien típicos de la Argentina: el gaucho y el caudillo.

Literatura panfletaria, responde a intereses políticos. En el caso de José Hernández, es una denuncia sobre el maltrato que viven los gauchos en tiempos de Sarmiento, su mayor rival político.

* Defensa de las nacionalidades: se perciben los conflictos propios de la región, el gringo y sus pocos conocimientos del trabajo en el campo y en el ejército; el indio, como un otro al que si se le da muerte no hay condena; el gaucho, desprotegido, indocumentado, perseguido, "iletrado".

* Aparición de elementos folclóricos: en Martín fierro se puede ver la caracterización del gaucho, sus costumbres, su idiosincrasia, sus elementos cotidianos (el poncho, el mate, el caballo, y todos sus elementos para la doma, la tradición, la música, pues canta su historia acompañado de la "vigüela", la "giñebra", etc.).
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El contexto histórico en tiempos de Martín Fierro

    Es por todo esto que venimos señalando, que no sería posible comprender el trasfondo del discurso literario de aquellos tiempos, si no ahondáramos en su contexto histórico político. A lo largo de todo el siglo XIX, los estancieros propietarios de enormes extensiones de tierras cultivables y sobre todo, de pastos, pronto ganaron un control casi absoluto sobre la administración local, y como jefes indiscutibles de las fuentes milicias (que muchas veces fueron superior y eficaces a la del gobierno) podían ejercer una influencia decisiva sobre el parlamento y el gobierno central de la República. La polarización de la sociedad rural era absoluta.
     Entre los pocos numerosos, pero increíblemente ricos terratenientes y las masas de peones y jornaleros (dejando a un lado los totalmente desarraigados gauchos que vagaban por el campo y a veces sobrevivían con la caza del ganado cimarrón) se abría un enorme abismo. La relación dominante entre los estancieros y sus peones era casi idéntica a la que estudiamos que existía en Europa durante la Edad Media entre el señor y sus vasallos.




El terrateniente pedía de sus súbditos trabajo, obediencia y una lealtad absoluta, tanto en tiempo de paz como en tiempo de guerra, y además en este último los peones se convierten en los harapientos soldados del ejército personal del estanciero-caudillo. No había muchas posibilidades de elección por parte de los peones: La vida en el campo, amenazada por los continuos ataques de los indios salvajes y los bandidos y fugitivos de la justicia, era extremadamente peligrosa y la protección que brindaban los muros de la estancia a menudo significaba la diferencia entre la vida y la muerte. Precisamente este fenómeno de una dependencia total de los campesinos de su amo-semidiós patrón, protector y juez ( en el mundo aislado y herméticamente cerrado de la estancia la justicia la administraba exclusivamente el estanciero). Así llegó a ser la base del caudillismo, cuando dicha relación empezó a extenderse del campo a la escena política y a todo el país.

  El origen de la palabra caudillo viene del diminutivo latino caput, que significa "cabeza", "cabecilla", y aunque no existe una definición actual única e incontrovertible, tanto en términos académicos como populares el término evoca al hombre fuerte de la política, el más eminente de todos, situado por encima de las instituciones de la democracia formal cuando ellas son apenas embrionarias, raquíticas o en plena decadencia. Caudillismo e institución democrática son elementos situados en los extremos de una línea ascendente de la evolución política en donde el primero sería el "más primitivo" y el segundo el "más desarrollado".
     La mayoría de ellos eran terratenientes que se habían destacado en la defensa de las fronteras, en la lucha contra el indio o participando en las luchas independistas. La lucha contra el indio le reportó distintos logros para los valores de los propietarios de entonces. La protección de la sociedad blanca y de la propiedad, la conquista de nuevas tierras y la consolidación de un poder militar capaz de demostrar su importancia en la región. Los caudillos surgen como una autoridad más cercana a los problemas de la gente. Los ejércitos gauchos estaban estrechamente vinculados a la institución que les había dado su origen y que se fortalecía cada vez más: La estancia.
   Dada la precaria situación económica que padecían, debían su vida a ese estanciero, su vida dependía de él y a su vez éste le daba ayuda a cambio de lealtad, obediencia y trabajo lo que se transformó en una relación dependiente. En muchos casos este caudillo se confundía con sus gauchos.
    Para el gaucho simple, su patrón (el caudillo) era un semi-Dios, era un inmortal. Su carisma era tan grande que muchos gauchos se dejaban matar en nombre de su caudillo. Para ellos, estos personajes fueron místicos.  Compartían fiestas, comidas, bodas, cumpleaños, relaciones sociales, etc. con sus empleados. 


Fuentes:
* Vargas, JoséFacultad Latinoamericana de Ciencias SocialesFlacso-Agentina. Materia: Lectura en Historia Latinoamericana del Profesor: Dr. Mark Szuchman
* Castro, Pedro. El caudillismo en América Latina, ayer y hoy. (Doctor adscrito al Departamento de Sociología, en el área de procesos políticos.) Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa (México). Dirección electrónica: pcm@xanum.unam.mx
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Compartamos este artículo de la Profesora Fiori, basado en un texto de José Güiraldes.
"Amalgama de Tierra y hombre"
Por Juan José Güiraldes

     Al ocuparnos del Gaucho, este arquetipo de nuestra nacionalidad, debemos dedicar unos párrafos a sus antecesores: los conquistadores y los aborígenes. En aquel siglo XVI los españoles de la aventura – nativos de Andalucía y Extremadura en su mayoría – avanzaban por esa misma tierra que ahora camina el forastero. No se supo a ciencia cierta cómo pudieron hacerlo. Estos viajeros-aventureros-conquistadores jamás tuvieron conciencia de su hazaña. Sus nombres, muchísimos, quedaron anónimos y olvidados; algunos fueron recogidos en las memorias de viajeros; los más, quedaron “extraviados” en el Archivo de Indias. En ocasiones, ni eso; el rol de tropa cayó al abismo o se lo llevó un golpe de mar. El Descubrimiento coincide con una época de esplendor en España. El comienzo colonizador y la subsiguiente imposición de nuevas formas de organización y de derechos, provocaron las primeras rebeliones de las etnias aborígenes. Ya poco sería igual al pasado en la tierra de la Conquista. […] 
    En este pasado debemos incluir al habitante nativo: el aborigen (ab – origen= desde el principio). En América fue llamado “indio”, cuando se creía, por error, que Colón había llegado a las Indias. El papel del aborigen americano es de tal importancia que hace del tema nativo un hecho insoslayable en cuanto a determinar el origen y el protagonismo del Gaucho en nuestra historia.
    El Gaucho comenzó destacándose en las vaquerías (modo primitivo de aprovechamiento del ganado vacuno) que junto con el caballar, se multiplicó prodigiosamente desde la época en la cual unos pocos animales de ambas especies fueron traídos a nuestra tierra. Para esa forma de cacería, consistente en desjarretear (cortarle las patas) al animal con una filosa cuchilla en medialuna, el Gaucho necesitó del caballo e impuso un tipo de equitación muy singular. Entre 1550 y 1750 las vaquerías hicieron del gaucho un experto domador y un jinete que obtenía los recursos para sustentar su vida “changando” (haciendo changas) para quienes comercializaban el cuero y el sebo de los animales, fuente, casi única, de la riqueza del país en ese momento. El Gaucho nació y se hizo “de a caballo” como un autodidacta.

   En la guerra, los Gauchos recibieron su bautismo de fuego antes de que naciera la Patria liberada. En 1806 se enrolaron en la reconquista del la Ciudad de Buenos Aires ante el desembarco del invasor británico. Pusieron en acción su coraje y su destreza en el manejo del caballo y el sable como el lazo y las boleadoras. […]
    Después del Pronunciamiento de 1810, al que llamamos “La Revolución de Mayo”, nacen los primeros ejércitos patrios. En ellos el Gaucho fue protagonista. Las tropas cargaban a sable o a lanza. Los Granaderos a Caballo del General San Martín fueron lo que en la actualidad denominaríamos un “cuerpo de élite”, famoso por el despliegue de sus escuadrones y sus legendarios “sables”. Así, el Gaucho guerreo en las campañas emancipadoras (las guerras por la libertad) y en la efectiva ocupación del “Desierto” (que por más que se lo llamó “desierto” no estaba para nada vacío sino más bien ocupado por los indígenas), mientras la élite pampeana criolla comenzaban a producir la riqueza agropecuaria.
   La lucha mas prolongada que tuvo el Gaucho fue en el “Desierto”. Las tribus indígenas (dueñas originarias de las tierras) enfrentaron en guerra al colonizador (al hombre blanco criollo, más a los gauchos) con ferocidad y sin tregua. Las indiadas se defendieron peleando palmo a palmo la posesión de la tierra en que se asentaban aunque no tuvieran conciencia de “límites, de propiedad”, ni de “nacionalidad”.
   Las Campañas del Desierto son lo que distingue a una extensa época histórica de nuestro país. A lo largo de casi cuatro siglos el “blanco” impuso las condiciones de la lucha. El Indio sobrevivía como podía a todas sus muertes. En sus retiradas establecía nuevas fronteras. Y desde allí, ejercía ante el hombre blanco la amenaza permanente y fantasmal del malón. El Gaucho debía responder con más sangre derramada, nuevos fortines, más soledades y penurias. El blanco criollo impuso un “régimen civilizado” (que de civilizado tenía bastante poco) a costa de muchas vidas, hubo muchas muertes, propias y de su rival (el indio).
    Del primitivo poblador de estas tierras, el Indio, además, el Gaucho recibió la herencia de saber soportar la soledad y las inclemencias del tiempo, proveerse el alimento, aguantar adversidad y luchar hasta el último aliento. También debemos afirmar que el gaucho heredó del indio su carácter libre (y no de “vago y mal entretenido”), como en forma despectiva se lo quiso menospreciar al gaucho principalmente a partir de Sarmiento que esa concepción tenía de los gauchos.
   El gaucho es el primer habitante de estas poblaciones perdidas en el Desierto. Allí tomó fundamento su personalidad hospitalaria y su capacidad de arraigo. Pasó rápidamente de la intemperie desolada al rancho de adobe donde formó su familia, generalmente numerosa y a cuyos hijos crió a su imagen y semejanza (Esto aparece en la obra del Martín Fierro).
   La Estancia les dio identidad social y cultural; allí, a la par del Estanciero, se consolidaron como hombres de trabajo y de tradiciones.  El gaucho: descendiente de españoles (era un mestizo, nacido de un hombre blanco y de una india), se constituye en el principio nativo del arquetipo argentino. El Gaucho de ayer y el Gaucho de hoy sintetizan una única vertiente que el autor Ricardo Guiraldes define como “nuestra raza, hecha de sangre derramada y tierra invicta”.
   El Gaucho tiene sólidos principios. Confía en la palabra dada y es fiel a la amistad. Es austero. Cultiva sin alardes el patriotismo. Es ajeno al sectarismo político (no tiene una bandera política) Participa de las creaciones de la estética en sus artesanías, en las que aplica la técnica de platería y también en sus tejidos, en sus trenzados en cuero y trabajos en “aspa” y hueso. Maneja el idioma con propiedad y estilo en su lenguaje habitual, en sus relatos y en sus cuentos de fogón (Payadas. Esto se ve en la obra del Martín Fierro) Es poeta y músico; autor e interprete. Respeta a la mujer; es sobrio y firme en el amor. Pero, por sobre todo, tiene y práctica un código de honor y una conducta de vida a la que no concibe sin Libertad. Y siente el orgullo de ser quién es.

* Publicado por Cecilia Fiori. Profesora en Cs. de la Comunicación (UBA) / Profesora de Literatura / Postítulo en tecnologías y Postítulo en Escritura y literatura.
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Cómo se percibe en Martin Fierro ese contexto social: el indio, el negro, el gringo y el gaucho. 

   Entre 1862 y 1880 transcurre un período clave de la historia argentina. Tres personalidades disímiles se sucedieron en el ejercicio de la presidencia: Mitre de 1862 a 1868, Sarmiento de 1868 a 1874 y Avellaneda de 1874 a 1880. Acaso eran distintos los intereses y las ideas que representaban y sus temperamentos, pero tuvieron objetivos comunes y análoga tenacidad para alcanzarlos. Lo más visible de su obra fue el afianzamiento del orden institucional de la república unificada. Pero su labor fundamental fue el desencadenamiento de un cambio profundo en la estructura social y económica de la nación. Por su esfuerzo, y por el de los que compartieron con ellos el poder, surgió en poco tiempo un país distinto en el que contrastaría la creciente estabilidad política con la creciente inestabilidad social. A ese esfuerzo se debe el fin de la Argentina criolla. 

El indio: Una vasta región del país estaba de hecho al margen de la autoridad del Estado y bajo el poder de los caciques indígenas que desafiaban a las fuerzas nacionales y trataban con ellas de esa manera singular que describió Lucio Mansilla en Una excursión a los indios ranqueles. En 1876, Adolfo Alsina, ministro de guerra de Avellaneda, intentó contener  los malones ordenando cavar una inmensa zanja que se extendía desde Bahía Blanca hasta el sur de la provincia de Córdoba. Pero fue inútil. Sólo el moderno fusil permitió al general Roca, sucesor de Alsina en el ministerio, preparar una ofensiva definitiva. En 1879 (año en el que se publica La vuelta de Martín Fierro) encabezó una expedición al desierto y alejó a los indígenas más allá del río Negro, persiguiéndolos luego sus fuerzas hasta la Patagonia para aniquilar su poder ofensivo.  

El gringo: El paso más audaz en la promoción del cambio económico-social fue la apertura del país a la inmigración. Hasta 1862 el gobierno de la Confederación había realizado algunos experimentos en colonos a los que aseguraba tierras. Desde esa fecha, en cambio, la República comenzó a atraer inmigrantes a los que se les ofrecían facilidades para su incorporación al país pero sin garantizarles la posesión de la tierra: así lo estableció la ley de colonización de 1876 que reflejaba la situación del Estado frente a la tierra pública, entregada sistemáticamente a grandes poseedores. La consecuencia fue que los inmigrantes que aceptaron venir se reclutaron en regiones de bajo nivel de vida –especialmente en España e Italia- y de escaso nivel técnico. Los inmigrantes tenían escasas posibilidades de transformarse en propietarios y se ofrecieron como mano de obra, en algunos casos yendo y viniendo a su país de origen. La agrupación de las colectividades insinuaba la formación de grupos marginales, ajenos a los intereses tradicionales del país y orientados exclusivamente hacia la solución de los problemas individuales derivados del transplante.  El “gringo” adoptó un comportamiento económico que contrastó con la actitud del criollo, y José Hernández recogió el resentimiento de los grupos nativos frente a la invasión extranjera en su poema gauchesco Martín Fierro, publicado en 1872 (La Ida). 

    El Estado sólo se propuso un vasto programa de educación popular. Sarmiento tuvo la obsesión de alfabetizar a las clases populares, hacer de la escuela pública un crisol donde se fundieran los diversos ingredientes de la población del país, sometida a intensos cambios y a diversas influencias. Un censo escolar que Sarmiento ordenó realizar mostró la existencia de un 80% de analfabetos en el país y sus resultados predispusieron los ánimos para la obras de educación popular que emprendió, la cual fue pensada en la construcción de un país con personas instruidas, más allá de los réditos políticos personales coyunturales. 


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