jueves, 19 de agosto de 2021

Aplicación de los signos de puntuación

 


LOS SIGNOS de PUNTUACIÓN: FUNCIÓN

        La función de los signos de puntuación es delimitar la estructura de las oraciones que componen un escrito y, por lo tanto, facilitan e incluso resultan imprescindibles para interpretar dicho texto correctamente.
       Algunos de estos signos, como por ejemplo los puntos suspensivos o las comillas, marcan además la actitud del hablante con respecto a lo que está diciendo. Aportan, por lo tanto, cierta subjetividad a un texto.

     Es fundamental la comprensión sobre la aplicación de estos elementos en su real función, ya que, en cada una de las especialidades, tecnicaturas o profesiones que se elijan, se deberán utilizar todas las herramientas adecuadas para lograr establecer comunicación en textos orales y en textos escritos. 
   Los signos no verbales acompañan la oralidad (gestos, tonos, volumen de la voz, distancia entre interlocutores, etc.) del mismo modo que los signos de puntuación completan el mensaje escrito, de manera tal que es fundamental que conozcamos todas las posibilidades de sus funciones y para ello veremos de aquí en más su normativa.

Normas para el correcto empleo de los distintos signos de puntuación:

El punto: se usa en los siguientes casos:
** Para cerrar una oración o cualquier otro período que tenga sentido completo.
Punto y seguido: se utiliza para aislar períodos que tratan del mismo tema y están situados en la misma línea.
Punto y aparte: señala el final de un párrafo y el comienzo de otro que, o bien trata de un tema distinto o de un aspecto diferente del mismo tema.
Punto final: señala el final de un escrito.
** Después de signos de interrogación y de exclamación no se usa punto porque estos signos lo sustituyen.
** al final de las abreviaturas, o después de cada una de las iniciales que las forman: Sr. Pedro, Ilmo., C. Sanchez, S.A., etc.

La coma: se usa en los siguientes casos:
** Para separar los miembros de una oración compuesta.
** Para separar términos de una enumeración cuando no van unidos por las conjunciones y, ni, o: Pedro, Claudia, María y Juan son hermanos.
** Para separar una aclaración que se inserta en el discurso: En la calle Santa Fe, donde vivo, me encontré a tu hermano.
** Para señalar la omisión de una forma verbal: Yo vivo en Buenos Aires y mis hermanos, en Mendoza.
** Cuando se cambia el orden de los miembros de una oración, poniendo en primer término expresiones de tipo circunstancial. La coma se sitúa tras el miembro que se anticipa: Prefiero no salir de casa cuando llueve. Cuando llueve, prefiero no salir de casa.
** Cuando en la oración nombramos a un interlocutor, la coma separa el nombre del resto del discurso: Quiero que digas, Andrea, lo que ocurrió.
** Después de locuciones como es decir, en efecto, sin duda, a saber, por ejemplo, por tanto, por último, por consiguiente, así pues, sin embargo, no obstante, etc. Si estas expresiones van intercaladas en el discurso, se escribe coma antes o después de ellas: Es, sin duda, lo mejor que puedes hacer.

El punto y coma: se usa en los siguientes casos:
** Para separar los miembros de una enumeración o de una oración compuesta, cuando alguno de ellos contiene a su vez comas: Yo visité Entre Ríos; mi sobrina, Salta; mi cuñada, Corrientes.
** Para separar oraciones que son sintácticamente independientes pero están relacionadas por su sentido: Subió las escaleras rápidamente; abrió la puerta de la casa; encendió la luz y se lo encontró ahí sentado.

Los dos puntos: se usan en los siguientes casos:
** Antes de una enumeración precedida por una palabra o expresión que engloba a todos sus miembros: Ha venido toda la familia: los tíos, los abuelos y los primos.
** Antes de una afirmación que explica, resume o es consecuencia de lo que le precede: No aguanto más: estoy cansada de tus quejas.
** Después de las palabras o expresión con que se introduce una cita: Me dijo: “No volveré tarde”.
** Tras la fórmula de saludo en las cartas y después de fórmulas como expone, solicita, certifica... en documentos administrativos: Querido amigo:

 Los puntos suspensivos: se usan en los siguientes casos:
** Al final de una oración o enumeración que se deja incompleta: Es un día muy desagradable: el frío, la lluvia, el viento...
** Para indicar la omisión de parte de una cita textual: Ya sabes que “A quien madruga (...)”.
(En este caso irá entre paréntesis).
** Cuando queremos hacer una pausa que expresa temor o duda: Debería ir, pero... no sé si lo haré.

Las comillas: se usan en los siguientes casos:
** Para señalar una palabra o expresión que está utilizada de forma irónica: Este chico es muy “callado”.
** Para encerrar el título de un artículo, de un poema, de un diario, de una revista, de un fragmento de una obra, etc.
** Cuando se reproducen textualmente palabras de un autor o de otra persona.
** Para escribir una palabra poco conocida o extranjera, y para destacar los apodos y seudónimos: Lorenzo “el Magnífico” formaba parte de la “clacke” en el programa de canal 13.


La raya: se usa en los siguientes casos:

* En los diálogos, para introducir la intervención de cada personaje, las acotaciones y los comentarios del narrador: No quiero verte aquí cuando yo vuelva –dijo.

* Para encerrar una aclaración o un inciso: Cuando te encontré –después de mucho buscarte- ya era tarde.


El paréntesis: se usa en los siguientes casos:

** Para encerrar inciso: Era muy tarde (las dos de la madrugada) cuando conseguí dormirme. En este uso coincide con la raya. No existen criterios que aclaren cuándo se debe emplear un signo u otro.
** Para encerrar fechas, nombre del autor a quien corresponde una cita, explicación de abreviaturas, etc.: La ONU (Organización de las Naciones Unidas) castigó el accionar del Presidente Bush.

El guión: se usa en los siguientes casos:
* Para dividir una palabra al final de la línea/renglón.
* Para separar los miembros de una palabra compuesta formada por dos adjetivos: histórico-artístico; italo-germánico.
* Para separar fechas cuando se indica un período: 1990-1994.

Los signos de exclamación-admiración: se utilizan en los siguientes casos:
Para encerrar una oración o partes de una oración en las que se expresan sentimientos o emociones de alegría, dolor, admiración, dolor, admiración, indignación, sorpresa, temor...: ¡Qué frío!, ¡Qué susto!

Los signos de interrogación: se utilizan en los siguientes casos:
** Para limitar oraciones en las que se formula una pregunta directa.
** Para mostrar que existen dudas sobre un dato que se ofrece o que éste se desconoce:  Bartolomé Colón (1466?-1515) acompañó a su hermano en su cuarto viaje. Don Rodrigo (?-711) fue el último rey visigodo.
El signo de apertura de la interrogación debe colocarse donde realmente comienza la pregunta: Si me pregunta, ¿qué le digo?

La diéresis: permite diferenciar los grupos gue, gui, en los que la u no se pronuncia, de los grupos güe, güi en los que esa u sí se pronuncia. Sólo se utiliza en esas combinaciones y no en gua  y guo.


Ejercitación: en este link pulse aquí encontrarán algunos ejercicios con autocorrección en los que podrán comprobar cuántos de estos conceptos pudieron asimilar para poder aplicar en las oraciones. Los mismos les servirán para practicar de un modo lúdico y para disfrutar con los resultados.

miércoles, 18 de agosto de 2021

Literatura, periodismo y censura en la Argentina

 Hoy trabajaremos sobre la censura de los artistas pulse aquí, del periodismo, de la literatura, y sobre la confección de las listas negras para acallar las voces de en disidencia.

Para contextualizar la situación veremos de qué modo, los medios masivos de comunicación, a través de la propaganda, imponían la ideología de la dictadura pulse aquí.


Censura y Dictadura Militar
Política cultural y educativa
El Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983) tuvo una política cultural y educativa en sintonía con su política represiva de "guerra sucia".  Esta política incluyó una estricta censura previa.  El gobierno militar creó un grupo especial encargado de controlar y censurar todo tipo de producción científica, cultural, política o artística.

El proceso quema los libros
El 29 de abril de 1976, el Regimiento de Infantería
Aerotransportada de La Calera, Córdoba, hizo arder una montaña de libros.  El comunicado oficial decía: "Se incinera esta documentación perniciosa que afecta al intelecto y a nuestra manera de ser cristiana, a fin de que no pueda seguir engañando a la juventud sobre nuestro más tradicional acervo espiritual: "Dios, Patria y Hogar.""
Arden, entre muchas obras, las novelas de Gabriel García Márquez, los poemas de Pablo Neruda y las investigaciones de Osvaldo Bayer.  Desde el Ministerio de Educación y Cultura se pergeña la Operación Claridad: plan de caza de opositores en toda el área cultural.  Además de las desapariciones de artistas, intelectuales, docentes y alumnos, el plan produce despidos masivos e inhabilitaciones para enseñar.
En la ciudad de Rosario grupos militares usurparon la Biblioteca Popular Constancio Vigil.  Ésta, a principios de los años setenta contaba con 55.000 volúmenes en circulación y 15.000 en depósitos.  Ocho miembros de su Comisión Directiva fueron detenidos
ilegalmente, y el control de préstamos de libros fue utilizado para investigar a los socios.  Miles de libros fueron quemados.  Pero la quema de libros más grande que realizó la dictadura fue con materiales del Centro Editor de América Latina, que ardieron en un baldío de Sarandí.

Actos de censura
El gobierno de la Junta Militar dispuso una serie de procedimientos para «neutralizar el germen subversivo». Éstas fueron algunas de las acciones emprendidas:
En 1977, se distribuyó en las escuelas un material gráfico dirigido a los padres con hijos en edad escolar titulado Cómo reconocer la infiltración marxista en las escuelas.  En el mismo año, se prohibió la distribución de relatos infantiles como Un elefante ocupa mucho espacio de Elsa Bornemann, y El nacimiento, los niños y el amor de Agnes Rosentichl por tratarse de "cuentos destinados al público infantil con una finalidad de adoctrinamiento que resulta preparatoria para la tarea de captación ideológica del accionar subversivo."  
   En 1978, se estableció para profesores y maestros la lectura y comentario obligatorio del folleto Conozcamos a nuestros enemigos.  En ese mismo año, se prohibieron dos obras del pedagogo brasileño Paulo Freire: La educación como práctica de la libertad y Las iglesias, la educación y el proceso de liberación humana en la historia; además de la novela La tía Julia y el escribidor de Mario Vargas Llosa.
En 1980, se censuró la utilización en las escuelas de la Gran enciclopedia del Saber de Editorial Salvat y el Diccionario Salvat, además de los textos de Antoine de Saint- Exupéry, autor, entre otras obras, de El Principito.

Editores, periodistas, escritores, poetas y cantantes, fueron prohibidos.  Entre ellos:
 Aída Bortnik (escritora)
• Jorge Romero Brest (artista plástico)
• Roberto Cossa (dramaturgo y director de teatro)
• Crist (caricaturista)
• Julia Elena Ábalos (cantante folklórica)
• Griselda Gambaro (escritora)
• Horacio Guaraní (cantautor folklórico)
• Nacha Guevara (cantante)
• César Isella (cantautor)

• Litto Nebbia (cantautor)
• Pacho O'Donell (escritor)
• Gian Franco Pagliaro (cantante)

• Piero (cantautor)
• Ariel Ramírez (pianista y compositor folklórico)
• Sergio Renán (cineasta)
• Mercedes Sosa (cantante folklórica)
• María Elena Walsh (cantautora y escritora)
• León Gieco (cantante)
   Otros fueron asesinados.  Entre algunos casos paradigmáticos se prohibió la enseñanza de la matemática moderna, o los temas musicales en los que Carlos Gardel era acompañado sólo por guitarras.  Grupos de censores marcaban con una cruz los temas musicales que no podían ser transmitidos por radio.
  Las universidades fueron intervenidas, y se enviaron espías con el fin de detectar opositores y detenerlos.  Asimismo, los programas de enseñanza fueron "depurados" de todo contenido considerado contrario a la "cultura occidental y cristiana."

Los periodistas
Los medios de comunicación, tanto en manos privadas como oficiales, estuvieron al servicio de la dictadura. Además de la labor de exaltación del régimen llevada a cabo por los principales medios gráficos de la época (las revistas Somos, Para ti y Gente, los periódicos La Prensa, La Nación, Clarín, La Tarde y La Razón) la afinidad con el gobierno también sirvió a algunos grupos editoriales para hacerse con el control de las empresas rivales, las cuales tenían sus propietarios detenidos, como el caso de la empresa Papel Prensa, que acabó siendo propiedad de Clarín, La Nación y La Razón.
    El escritor, periodista y militante montonero Rodolfo Walsh fue secuestrado y asesinado al cumplirse un año del golpe, quien tenía un proyecto de periodismo clandestino donde difundía distintas notas de manera individual, como por ejemplo Carta de un periodista a la Junta Militar.
    La Revista Humor fue uno de los pocos ejemplos de periodismo argentino que tuvo una actitud crítica frente al Proceso, aprovechando el humor para hablar de temas que estaban proscriptos por la política cultural del gobierno de facto.
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La siguiente nota fue publicada en el suplemento Cultura del diario
Éstas fueron las tapas de Clarín en marzo de 1976 apoyando el Proceso 
 Clarín, en el año 2006, al cumplirse 30 años del Golpe:

30 AÑOS DE LA NOCHE MAS LARGA - CULTURA: PERSECUCION DE INTELECTUALES
Listas negras y escritores desaparecidos
Tras el golpe, la literatura cargó con sus muertos: Walsh, Paco Urondo, Conti. Otros escritores daban cursos escondidos. Hubo pequeñas heroicidades, pero el miedo dejó su marca.
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 Por Vicente Muleiro.

La gestualidad esperpéntica del videlismo no debe llamar a confusión. Si aquel gobierno dictatorial, por medio de un pelotón del Ejército, irrumpía en la Feria del Libro para secuestrar el manual para estudiantes de ingeniería Cuba electrolítica no sólo es cuestión de arrojar hoy otra tardía carcajada.

Los censores —orgánicos, minuciosos— sabían muy bien aquello que debían combatir: la cultura tal como se había manifestado desde la segunda postguerra hasta los primeros 70, la creatividad ligada a la ambición de religar ética y estética, el sueño de que una subjetividad podría conmoverse ante un proyecto participativo, el afán de poner a danzar las bodas entre sentimiento e intelecto.

El golpe tuvo tan claro aquello que debía aniquilar que ahí nomás hizo sus indiscriminadas listas negras donde anotó a Atahualpa Yupanqui, a Litto Nebbia y a Luis Alberto Spinetta. Tuvo tan claro aquello que debía combatir que ahí nomás persiguió y remató a un escritor y periodista, Rodolfo Walsh, que en el primer aniversario del golpe, el 24 de marzo de 1977, con la moral invencible de los datos duros, escribió su insoslayable Carta a la Junta. Es imposible, entonces, hablar de una actitud unívoca. El almuerzo que Videla mantuvo el 19 de mayo de 1976 con los escritores Ernesto Sabato, Jorge Luis Borges, Horacio Ratti y el padre Leonardo Castellani, donde sólo los dos últimos preguntaron por colegas desaparecidos, no representó a un campo intelectual sembrado de muertos y heridos.

Otra Walsh, María Elena, el 16 de agosto de 1979, tanteaba la neblina al quejarse amargamente del aislamiento y el paternalismo cerril del videlismo, pero para decir aquello tuvo que conceder: "Que las autoridades hayan librado una dura guerra contra la subversión y procuren mantener la paz social son hechos unánimemente reconocidos", escribió.

La cultura que supervivía en el país guardaba, después del golpe, como condición de existencia, su invisibilidad, con cursos, talleres que daban, entre otros, Juan José Sebreli, Juan Carlos Martini Real, Ricardo Piglia, Beatriz Sarlo, quienes espiaban por las rendijas de sus departamentos, para comprobar, antes de que llegaran los alumnos, que no hubiera algún fisgón apuntando desde la vereda. La cultura, en los primeros años de dictadura, estuvo amordazada para interceder en la vida nacional y, como contrapartida, construyó espacios "micro".

Tras el golpe la literatura cargó con sus muertos (Walsh, Francisco Urondo, Haroldo Conti, Roberto Santoro, entre otros 83) y emprendió su trayectoria susurrada: nacieron las revista Punto de Vista y El Ornitorrinco. El quehacer sobrevivió en los sótanos, con una fuerza suficiente como para invalidar las discusiones en torno de la cultura del exilio y la que se podía hacer aquí. En un ámbito underground la poesía armó su espacio con las revistas Xul, Ultimo Reino, La Danza del ratón, el grupo El Ladrillo, y el bar La Peluquería de San Telmo. Más presencia, como consecuencia de la propia brutalidad dictatorial, consiguió, en 1981, el ciclo Teatro Abierto. Una bomba incendiaria en su sede el Teatro de El Picadero, le entregó una publicidad inusitada y un éxito completo en el teatro Tabarís. Para entonces ya había lectores que buscaban en las elipsis de la novela Respiración artificial de Ricardo Piglia una lectura sobre el poder estatal-policial. Los mensajes sonaron más explícitos en el estreno de la obra La malasangre de Griselda Gambaro, en 1982, que suscitó la reacción de grupos de derecha.

En la Argentina de la dictadura la cultura no fue un puntal de la resistencia. Visto desde este presente más bien parece un espejo de las derrotas, contradicciones, renuncias y pequeñas heroicidades que generó la aplanadora militar. Pero ese silencio mortuorio y plano, derramado desde el poder, no tuvo tampoco en la cultura el exacto reflejo buscado.
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Autores argentinos que trabajaron sobre los sucesos del Proceso.

León Gieco es un autor de muchas canciones argentinas que narran estos acontecimientos históricos. Compartamos algunas de las más reconocidas:

  
Charly García también escribió algunas canciones interesantes en las que se vislumbra qué había detrás de su coyuntura al momento de ser escritas. Aquí podemos escuchar algunas de las que compuso con el grupo musical Seru Giran:
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Por último, los invito a compartir la lectura de 



miércoles, 11 de agosto de 2021

Presentación de trabajos prácticos


  

1) Las reglas de acentuación.

      Todas las palabras llevan acento, es decir, sobre una de las vocales de cada palabra dejamos salir el aire con más fuerza para acentuar su tono. No todas llevan tilde, esto responde a reglas ortográficas que indican cuándo sí debe colocarse y cuándo no. Tomaremos como ejemplo estas tres palabras para repasar 

Ejercitó: cuando se acentúan en la última sílaba son palabras agudas y sólo llevan tilde cuando terminan en n, s o vocal

Ejercito: las que se acentúan en la penúltima sílaba se denominan graves y al revés que las anteriores, NO llevan tilde cuando terminan en n, s o vocal.

Ejército: aquéllas que se acentúan en la antepenúltima sílaba son palabras esdrújulas, y al igual que las sobreesdrújulas, SIEMPRE llevan tilde.

Los monosílabos no llevan tilde, excepto, cuando una misma palabra tenga dos significados diferentes, en ese caso, para diferenciarlas se coloca en una sí y en otra no, como excepción. Por ejemplo: te (pronombre), té (infusión); si (nota musical), sí (pronombre), si (condicional), sí (afirmación); etc.



2)    Uso de mayúsculas:


·        Al inicio de la oración y seguido del signo de puntuación.


·        En los nombres propios y en los nombres que se utilizan para designar a una persona en lugar de su nombre, o los adjetivos que se utilizan con ese fin (Chino, Pela, etc.)


·         Las siglas (FBI, PAMI, etc.)


·        Las palabras o nombres importantes en alguna disciplina del saber humano se escriben con mayúsculas. Así también los nombres de zonas geográficas, de divinidades religiosas, galaxias, marcas comerciales, espacios urbanos, los nombres de épocas históricas, los nombres de entidades, los signos del zodiaco y otros (América, Jehová, Vía Láctea, Nike, paseo de Recoletos, Edad Media, etc.)


·        En los textos que pertenecen a una disciplina en particular, como los documentos jurídicos o los administrativos, se escriben en mayúsculas aquellos verbos que presentan el objetivo principal de dichos textos. Se trata frecuentemente de sentencias, decretos, bandos, edictos, y otros (EXPONE, SOLICITA).​


·        El uso de las mayúsculas no impide la acentuación de las palabras. Únicamente las siglas no llevan tilde.



   3)    a) Presentación: antes de presentar un TP, es necesario revisar si respetan en el mismo las reglas de acentuación y de ortografía.

b) Los márgenes deben estar justificados (fijarse en la barra, en inicio, dentro del cuadro de párrafo, columna cuatro), lo cual permitirá alinear el texto entre los márgenes izquierdo y derecho, lo cual permite crear una apariencia homogénea del texto.

c) Como en este caso nuestro trabajo práctico de cuento policial se trata, podríamos decir como diría Sherlock: “Elemental, Watson”, y sería que entonces para poder resolver, siempre hay que leer y releer todas las consignas. Así donde diga analice, analice; describa, pues describa; transcriba, entonces transcriba; etc. Y sobre todo, si se le pide que mencione y caracterice a los personajes debe revisar si los nombres que ud. escribe son los correctos, porque si no es un personaje que ud. está inventando y no el del cuento que se le pide que analice.

d) Al inicio de cada párrafo es necesario dejar una sangría (breve espacio con algunos lugares en blanco). Pueden utilizar la tecla Tab en sus teclados.


e) TODO Trabajo Práctico DEBE LLEVAR CARÁTULA con los nombres de los integrantes por apellido y nombre por orden alfabético, y POSEER LAS CONSIGNAS.

miércoles, 4 de agosto de 2021

Ensayos que se expresan sobre géneros

 La mujer, la educación y el rol social a través de los tiempos en las voces literarias.




Lecturas compartidas.

El diario
Blogs y opinión Viento del Norte

Las mujeres no mueren, las matan
Puri Pérez Rojo

12 de noviembre de 2015 
Las mujeres no mueren, a las mujeres las matan. Las matan de golpe o poco a poco. Matan sus alegrías, sus esperanzas, sus ansias de vivir. Las matan cuando las violan, cuando las venden, al prostituirlas o al ofrecerlas como objetos de consumo, con una publicidad cosificadora, embrutecedora.

Las mujeres no mueren, las matan. Ser mujer, a día de hoy, es un oficio de alto riesgo. Desde los 3 años a los 93, las mujeres estamos, vivimos, en peligro, con miedo. Miedo a ser violadas durante 90 años de vida, no hay límites para la barbarie. Una barbarie sin espacio para la libertad de las mujeres, para la esperanza y la paz en la convivencia. Un espacio teñido de las inseguridades y los miedos de los hombres.

Pero las mujeres vamos pasito a pasito por el camino de la esperanza, por la calle sin asfaltar en la que a diario tropezamos en baches de desaliento, dando traspiés e incluso zancadas a veces. Te encontrarás una larga fila de mujeres contigo, irán a tu lado, calladas, desconocidas, sonrientes y con dientes. Algunas no las verás, son invisibles. No las pierdas de vista, siempre te serán de ayuda. Cuando no sepas por donde ir, pregúntales. Si te pesa la mochila, pídeles ayuda. Las hay que te ofrecerán agua por el camino y otras ricas comidas, la mayoría son maestras de la cocina. Manifiéstate, ¡te dirán las luchadoras! Las artistas dibujarán tu cara y pintarán tu cuerpo. Algunas te tocarán para sanarte o te tocarán por placer, déjate. Tropezarás con mujeres llenas de vida cuidada o que cuidan vidas. Sólo las que llevan la música con ellas te harán moverte. Otras te leerán libros y algunas incluso, sin que tú lo pidas te leerán lo que ellas mismas han escrito.

Reivindicaba Virginia Wolf una habitación propia, una habitación para cada mujer, para ser ellas, exigía un espacio para poder ser. Es tiempo ahora, de reivindicar tiempo, un tiempo para reivindicar, un tiempo para que todas las mujeres puedan llegar a ser lo que quieran. Es tiempo de escaldarse, de mojarse, de escandalizarse porque siguen matando a las mujeres. Porque se siguen dando argumentos, justificaciones y explicaciones de las razones que han llevado a alguien a matar a una mujer. Estamos hartas de que nos amen tanto. Por favor un poco menos amor, al menos de ese que mata.

Si con 15 años te revisa tu móvil ¡que no hará con 35 años! Cuídate y hazte respetar. El amor es respeto, es un trato entre iguales. No necesitas de esa protección que te ofrecen envuelta con lacitos de control. Los celos no son muestra de cariño, tan solo muestran su inseguridad. La tele miente, miente mucho y nos hace creer que es verdad aquello que dicen.

Recientemente leí en la prensa que el lehendakari Urkullu en su discurso de prioridades en política general en el parlamento, con 21 páginas y 90 minutos de intervención, no hacia ninguna referencia especial al sangrante tema de las violencias machistas, al terrorismo machista que viven a diario las mujeres.

Además de una nación foral, las mujeres queremos, necesitamos, una nación floral. Una nación sin miedo, una nación sin violencias físicas ni psicológicas hacia las mujeres, sin violencias en el trabajo, sin acosos, sin techos de cristal, sin cosificarnos ni convertirnos en objetos, en definitiva, sin desigualdades por el hecho de ser mujeres. Todas esas pequeñas y grandes desigualdades son el caldo de cultivo de una cultura patriarcal que genera violencia, son la espiral de la violencia y es por donde debemos atacar el problema.

Necesitamos, urgentemente también, un desarme y una disolución del machismo y el patriarcado. Por eso la violencia machista debe estar en todas las agendas de las instituciones de forma prioritaria, debe ser el fondo de pantalla de los móviles, pero sobre todo de nuestras cabezas. Deben dedicar más recursos en atención y muchos más a la educación para lograr eliminar el miedo y de una vez por todas conseguir una paz y una convivencia entre hombres y mujeres reales.

El día 7 de noviembre se celebró la primera manifestación a nivel del Estado en contra de las violencias machistas. Y se está preparando ya otra a nivel de Euskadi en Vitoria para 2016. Pero, además de la necesaria movilización social, hay toda una amplia plataforma de medidas que se pueden, y deben, abordar para erradicar definitivamente la violencia machista. Algunas de las mismas serían tales como que las instituciones públicas y todos los agentes sociales asuman este tipo de violencia como un problema político y social de primer nivel; el necesario fin de la impunidad, poniendo el foco en los agresores y no solo en las mujeres; la aplicación de medidas educativas que tengan como principio la igualdad; la atención integral a las mujeres, reconociéndolas como sujetas de derecho y no solo como objetos de la violencia; o que los medios de comunicación dejen definitivamente de transmitir estereotipos machistas y se conviertan en generadores de modelos igualitarios y agentes activos contra las violencias.

¿Tomará nota la clase política de todo esto o, escucharemos nuevamente vacías declaraciones y seguiremos sumando mujeres asesinadas por las violencias machistas?

Se ha dicho que la Respuesta de Sor Juana puede considerarse casi un manifiesto feminista. Compartamos ahora un fragmento sobre la prosa de Sor Juana en Respuesta a Sor Filotea de la Cruz (fragmento en la entrada "El barroco en américa en la pluma de Sor Juana)
“... Prosiguiendo en la narración de mi inclinación, de que os quiero dar entera noticia, digo que no había cumplido los tres años de mi edad cuando enviando mi madre a una hermana mía, mayor que yo, a que se enseñase a leer en una de las que llaman Amigas, me llevó a mí tras ella el cariño y la travesura; y viendo que la daban lección, me encendí yo de manera en el deseo de saber leer, que engañando, a mi parecer, a la maestra, la dije que mi madre ordenaba me diese lección.[...] Teniendo yo después como seis o siete años, y sabiendo ya leer y escribir, con todas las otras habilidades de  labores y costuras que deprenden las mujeres, oí decir que había Universidad y Escuelas en que se estudiaban las ciencias, en Méjico; y apenas lo oí cuando empecé a matar a mi madre con instantes e inoportunos ruegos sobre que, mudándome el traje, me enviase a Méjico, en casa de unos deudos que tenía, para estudiar y cursar la Universidad; ella no lo quiso hacer e hizo muy bien, pero yo despiqué el deseo de leer muchos libros varios que tenía mi abuelo, sin que bastasen castigos ni reprensiones a estorbarlo; de manera que cuando vine a Méjico, me admiraban, no tanto del ingenio, cuanto de la memoria y noticias que tenía en edad que parecía apenas había tenido tiempo de aprender a hablar.
Empecé a deprender gramática, en que creo no llegaron a veinte las lecciones que tomé; y era tan intenso mi cuidado, que siendo así que en las mujeres –y más en tan florida juventud- es tan apreciable el adorno natural del cabello, yo me cortaba de él cuatro o seis dedos, midiendo hasta dónde llegaba antes, e imponiéndome ley que si cuando volviese a crecer  hasta allí no sabía tal o tal cosa que me había propuesto deprender en tanto que crecía, me lo había de volver a cortar en pena de la rudeza. Sucedía así que él crecía y yo no sabía lo propuesto porque el pelo crecía aprisa y yo aprendía despacio, y con efecto le cortaba en pena de la rudeza: que no me parecía razón que estuviese vestida de cabellos cabeza que estaba tan desnuda de noticias, que era más apetecible adorno. Entréme religiosa porque aunque conocía que tenía el estado de cosas (de las accesorias hablo, no de formales), muchas repugnantes a mi genio, con todo para la total negación que tenía el matrimonio, era lo menos desproporcionado y lo más decente que podía elegir en materia de la seguridad que deseaba de mi salvación; a cuyo primer respeto (como al fin más importante) cedieron y sujetaron la cerviz todas las impertinencias de mi genio, que eran de querer vivir sola; de no querer tener ocupación obligatoria que embarazase la libertad de mi estudio, ni rumor de comunidad que impidiese el sosegado silencio de mis libros. [...]"

Partiendo desde este planteo, les propongo preparar un breve ensayo para justificar por qué se denomina a la Carta respuesta a sor Filotea de la Cruz  “la Carta Magna de la libertad intelectual de las mujeres de América”. Señalen en el mismo qué cuestiones creen ustedes –en lo que se refiere a las actividades relacionadas con la educación, lo laboral, lo profesional y el rol en la familia- que se han modificado y cuáles no. Justifiquen sus respuestas con textos periodísticos, encuestas familiares, manuales de historia, textos literarios, etc.

Estudiantes que se expresan en un ensayo sobre cuál es el rol de las mujeres en el siglo XXI

2017 Los invito a leer un ensayo contundente, que responde magistralmente a un texto argumentativo y que ha sido elaborado con maestría, estilo, elegancia y laboriosidad por la alumna María Florencia Garbuglia de 4° A de la Escuela Argentina General Belgrano. Es muy interesante el modo que encontró la autora para abrir una puerta hacia la reflexión de los tiempos que corren. 

2021
Y por favor, también no se pierdan estos tres recorridos por el tema que nos invitan a reflexionar sobre los tiempos que corren y el rol de las mujeres desde Sor Juana hasta la actualidad:

miércoles, 14 de julio de 2021

El realismo argentino: Bernardo Kordon, Horacio Quiroga, Mujica Lainez y Guillermo Martínez

Realismo: marco histórico
   Inicios. En tanto que el siglo de la Ilustración consideraba a la razón como única explicación de todas las cosas, el siglo XIX asigna ese papel a la ciencia aplicada. De ahí que la industria adquiera un desarrollo inusitado, lo cual origina el crecimiento de las ciudades. Al mismo tiempo, y como consecuencia de lo anterior, se multiplican los medios de comunicación y de transporte. Todos los adelantos científicos (la máquina de vapor, el telégrafo, etc.), influyen en la conformación de la sociedad, en la que se asigna al obrero un papel preponderante.
    Esta situación promueve la necesidad de un estudio más profundo de la naturaleza humana en su dimensión social. Surgen nuevas doctrinas filosóficas, de base positivista. Como siempre, la literatura se hace eco de las nuevas corrientes del pensamiento, y así nace la necesidad de reflejar los problemas diarios, grandes o pequeños, de la realidad circundante. Desaparece el gusto por evocar épocas pasadas, como durante el período romántico y se aspira a que el arte sea una reproducción de la realidad.
   El realismo como corriente específica es un movimiento moderno, que surge en el siglo XIX, como reacción contra el subjetivismo e idealismo románticos, instalados en un mundo de ilusiones, desvinculados de la realidad.  Esta corriente prevalece principalmente en Francia, pero también en Rusia y luego invade a otros países. 

Realismo: características
• Observación detallada de la realidad contemporánea como base de la producción literaria: el escritor es un agudo observador de cuanto lo rodea, preocupado por los problemas diarios de los seres que conforman la sociedad, porque considera (siguiendo la filosofía positivista) que el medio determina al hombre. Nada más alejado de la evasión romántica.
• Arte objetivo: la finalidad del escritor es pintar las cosas como son, de ahí su aspiración a ser objetivo, de hallar un perfecto equilibrio entre la realidad y su reproducción literaria.
• Visión del hombre como individuo: la creencia de que el medio influye en la caracterización del hombre obliga a los autores realistas a una observación atenta del detalle concreto que diferencia a cada hombre de su semejante.
• Temática contemporánea: los cambios sufridos por la sociedad acaparan la atención del escritor, que aspira a captarlos y a plasmarlos en su obra.
• Predominio de la novela: como consecuencia del deseo de describir la sociedad industrial, en la que las clases sociales más bajas desempeñan un papel preponderante, los escritores del Realismo manifestaron preferencia por la pintura de ambientes y seres vulgares, sin olvidar los representantes de la burguesía acaudalada.
• Polifonía de voces; uso de distintos niveles de la lengua: la descripción de diversos estratos sociales, especialmente los de las clases más bajas, obligó a los autores realistas a estudiar sus modismos lingüísticos (dialectos y sociolectos) a fin de poner en boca de sus personajes literarios el lenguaje usado por éstos en la vida real.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
• AA. VV., Literatura IV. España en sus letras. Estrada, Buenos Aires, 1987.
• AA. VV., L 2. Lengua y Literatura, Tinta fresca, Buenos Aires, 2006.
• BRENAN, Gerald, Historia de la literatura española, Crítica, Barcelona, 1984.
• LOPRETE, Carlos, Literatura española, Plus Ultra, Buenos Aires, 1981.
• REST, Jaime, Conceptos de literatura moderna, CEAL, Buenos Aires, 1979.

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Realismo argentino del medio siglo.
   El realismo argentino nace en pleno romanticismo, por mano de un poeta que se piensa pariente de Byron, el mencionado Echeverría. Intenta describir la desdicha de un héroe de poncho celeste y le sale una estampa realista de los bajos fondos porteños, El matadero, precoz contemporáneo de Balzac y unos años anterior a Flaubert, si proceden las fechas. 
   Otro romántico de pro, José Mármol, en su novela Amalia, trata de poner en escena a unos idealizados héroes de la civilización amenazados por la barbarie, con lo que consigue este paradójico resultado: sus personajes paradigmáticos de bondad caen víctimas del folletín, en tanto su retrato realista del tirano Rosas y de las escenas de baile en un salón porteño resultan lo más conseguido del libro.
  Con toda su precocidad, debida a la libertad creadora de un romanticismo sin ancestros hispánicos -descargado del castizo costumbrismo que encadena a los romanticismos mexicano y colombiano, por ejemplo- este realismo inopinado carece de sucesión inmediata. El realismo de escuela viene más tarde, anacrónico, como secuela del naturalismo y reaccionando contra él. Entre medias ha prosperado desde la Argentina una literatura contraria a toda referencia inmediata, devota de las lejanías temporales y los exotismos espaciales: el modernismo. 

El realismo argentino: características
  Literatura de la localización que exige toda narración referencial, este realismo se convierte por necesidad en localismo o regionalismo. Así aparecen los escritores ligados a un lugar y una ecología natural y social: Benito Lynch y Ricardo Güiraldes en la pampa húmeda, Daniel Ovejero en Jujuy, Juan Carlos Dávalos en Salta, Fausto Burgos en Cuyo, Gudino Kramer en Santa Fe, Velmiro Ayala Gauna en Corrientes, Alberto Gerchunoff en Entre Ríos. 
   Este realismo es de escuela pues tiene como concepto que es el de la unidad de la realidad: la realidad es una y la misma para todos los sujetos, que están sujetos a ella. Esto implica que la realidad es cognoscible y tal conocimiento se puede explicitar. Si en el naturalismo el ejercicio del conocimiento estaba modelizado por la ciencia experimental, en el realismo prima la observación como actividad creadora. El escritor debe despersonalizarse cuanto le sea posible para que la realidad exterior pase a su través y se refleje en el texto. A tal fin, el lenguaje empleado ha de ser transparente y la literatura derivada, como apunta Barthes, ha de disimular su carácter de tal, o sea: ser lo menos literaria posible. Más aún: si cabe, renunciar a ser literaria. 
   Se advierte que detrás de esta construcción está el contrato de verosimilitud, es decir un pacto tácito entre escritor y lector, tal que ambos entiendan por realidad la misma realidad, si cabe la redundancia. De alguna manera, el lector ha de conocer de antemano de qué realidad se le va a hablar, o confiará en que el escritor se la detalle con fidelidad. Esta última es la cualidad más exigida y que mejor define al escritor realista: la fidelidad a lo observado con objetividad impersonal. De ahí que abunden las peculiaridades que un observador atento es capaz de anotar: descripciones de calles, casas, mobiliarios, vestidos, comidas, modos de hablar, expresión de las creencias dominantes, etc. La fidelidad, en el escritor del realismo, se basa, además, en una fe sustancialista. En efecto, él ha de confiar en la eficacia de su observación. 
   En las décadas de los treinta y los cuarenta, el realismo argentino fue sometido a un sutil examen por el principal de los escritores anti-realistas, si se admite la calificación: Borges. Reproducir la realidad, para él, resulta una tarea vana pues si la realidad existe, no hace falta duplicarla, basta con conocerla de primera mano. Es como si intentáramos extender sobre un país un mapa de tamaño real, según su reiterada viñeta. 
   A estas paradójicas dificultades se agrega la creencia borgiana en que la vida de los hombres se repite en el tiempo y la historia humana es la diversa entonación de unas contadas metáforas. En consecuencia, ponerse a observar la existencia exterior es un esfuerzo estéril, porque allí fuera está ocurriendo lo que siempre ocurrió y ocurrirá: las mismas pasiones, las mismas grandezas y pequeñeces, las mismas hazañas y los mismos crímenes de los que nos hablan los clásicos de la literatura. 
   Otras mellas al realismo, por épocas similares, provienen de distintas fuentes. Una es la tardía recepción de cierto surrealismo. Por su incidencia en la narrativa, cito el solo ejemplo de Cortázar. No se trata de la retórica surrealista sino de su concepto de lo surreal y del acceso que el artista tiene a dicha zona del mundo exterior. 
    Otra fuente de cuestionamiento al realismo es el existencialismo. La huella existencial se rastrea en la literatura argentina en narraciones como las de Di Benedetto (Zama), Sabato (El túnel) y hasta en la inicial Beatriz Guido, con sus ensayos de Los dos Albertos, uno de ellos dedicado a Camus. En los escritores del grupo Contorno, a mediados de los cincuenta, la presencia de Sartre es decisiva, no obstante que su narrador más notorio, David Viñas, con algunas innovaciones técnicas provenientes de la literatura norteamericana (Hemingway, Faulkner), mantiene una doctrina realista decimonónica que se resuelve en novelas de tesis sobre distintos episodios de la historia y la actualidad políticas argentinas (Cayó sobre su rostroUn dios cotidianoLos años despiadadosDar la cara). La visión existencialista de la vida humana se enfrenta a ciertas exigencias del realismo. El hombre vive en un medio extraño al cual ha sido arrojado sin causa ni finalidad visibles, lo cual aleja al personaje del medio familiar que le corresponde en un enfoque realista. El mundo existencial está descentrado, dislocado y resulta absurdo, por lo que mal se lo puede encarar en tanto cognoscible, menos aún si el conocimiento se plantea como exhaustivo. Las circunstancias poco importan ante lo primordial que es la existencia humana, igual en cualquier lugar y tiempo. El destino -aunque indescifrable, sentido como tal- la aspiración a encontrarse con ese Dios oculto que suscita una devoción angustiosa y la imposibilidad de la comunicación que encierra a los hombres en la cárcel de una solitaria y abstracta libertad, todos estos incisos se anteponen a cualquier investigación sobre los referentes concretos, que se reducen a minúsculos detalles o excusas alegóricas de la narración.
  Dentro de esta literatura realista hay personajes con rasgos muy característicos, por ejemplo autores que se centran entre los marginales o delincuentes (Arlt), pícaros sin localización social fija (Kordon) o extravagantes (Blaisten). Pequeños seres, de pobres recursos, con alegrías y dolores comedidos, que acaban por personificar la existencia humana como carencia, como indigencia. 

Blas Matamoro. En Biblioteca virtual Miguel Cervantes: www.cervantesvirtual.com
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Nuestra lectura durante el día de hoy estará basada en un cuento de Bernardo Kordon, "Los ojos de Celina". 
Bernardo Kordon  (Buenos Aires, 12 de noviembre de 1915 - Santiago de Chile, 2 de febrero de 2002) fue un escritor argentino. 
Asiduo viajero, recorrió buena parte de América, Europa y Asia dejando testimonio de su travesía en textos como El teatro chino tradicional y Seiscientos millones y uno (1958), relativo a su paso por la China pos-revolucionaria en tiempos de Mao Zedong.

En 1969 debió exiliarse una temporada en Chile por motivos políticos. Varias de sus narraciones fueron llevadas al cine. En 1982 publicó cuentos y colaboraciones en la revista Caras y Caretas. Historias de sobrevivientes de 1983 ganó el primer Premio Municipal.

Ganó el Premio Konex - Diploma al Mérito en Letras en 1984, en la disciplina Cuento con su 1ª obra publicada antes de 1950.  Estilo literario: Con una aparente querencia en el realismo y el costumbrismo, la influencia de la novela norteamericana contemporánea (notoriamente de John Dos Passos) y de aspectos del montaje cinematográfico, lo llevan a experimentar narraciones muy abiertas, donde prima la observación de la vida marginal, los pobres y los desclasados, los ambientes suburbanos y el mundo de la picaresca ciudadana. 


Aquí está el pdf: 


Seguramente, muchos de uds. no estén muy seguros de lo que es un sulky, carro que aún hoy es muy utilizado como transporte dentro de la vida rural. El sulky o sulqui es un pequeño carruaje, por lo general para uno o dos pasajeros, que se utiliza como una forma de transporte rural en muchas partes del mundo. Destaca por su sencilla construcción y escaso peso.

En nuestra clase, hemos vuelto a trabajar sobre la lectura y el análisis de cuentos realistas. Vamos a recordar que los relatos realistas presentan acontecimientos verosímiles (que significa "semejante o similar a la verdad"), similares a los que ocurren en el mundo del lector, que son creíbles porque podrían haber sucedido en algún momento del pasado o de la actualidad. Sin embargo, esos hechos no ocurrieron en la realidad, porque son una invención del autor (son ficcionales), pero está ambientado, tal vez sin decirlo, con acontecimientos que pueden hacer que ese relato al ser realista, logre hacerlo percibir como muy parecido a la realidad.
Sin embargo, el cuento que leímos hoy, que como todo relato es una ficción, es decir, está creado por un autor, está basado en una crónica periodística que leyó el escritor sobre un hecho real.
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Seguimos con los cuentos realistas argentinos, esta vez, también en la descripción de las necesidades de la vida rural del interior de nuestro país, aparecerá un gran escritor llamado Horacio Quiroga.


   El cuento que leeremos ahora es "A la deriva", pulse aquí, está publicado en un libro de relatos que se llama Cuentos de amor, de locura y de muerte.

  En este libro aparecen muchos cuentos interesantísimos que les recomiendo para quienes todavía no lo hayan hecho que los lean porque son muy interesantes (por ejemplo "La gallina degollada"; "El almohadón de plumas"; "A la deriva"; "La insolación"; "La meningitis y su sombra"; etc.).

Horacio Quiroga (Salto, 1878 - Buenos Aires, 1937) Narrador uruguayo radicado en Argentina, considerado uno de los mayores cuentistas latinoamericanos de todos los tiempos, cuya obra se sitúa entre la declinación del modernismo y la emergencia de las vanguardias. Las tragedias marcaron la vida del escritor: su padre murió en un accidente de caza, y su padrastro y posteriormente su primera esposa se suicidaron; además, Quiroga mató accidentalmente de un disparo a su amigo Federico Ferrando. Estudió en Montevideo y pronto comenzó a interesarse por la literatura.
   Sus primeros intentos fueron meras imitaciones de Poe, con quien compartía una especial preferencia por la violencia y la locura; así, algunos de sus primeros cuentos, como "La gallina degollada" o "El perseguidor", pueden calificarse dentro de los denominados relatos sangrientos. La mayoría de sus narraciones aparecieron publicadas en periódicos y revistas y se recogieron posteriormente en forma de libro en las recopilaciones Cuentos de amor, de locura y de muerte (1917), Cuentos de la selva (1918), Anaconda (1921) y El desierto (1924). Sus relatos más característicos dramatizan la pugna entre la razón y la voluntad humanas, por una parte, y el azar o la naturaleza por otra; su fuerza se fundamenta, más que en un minucioso y detallado análisis psicológico, en el estudio de la conducta humana en condiciones extremas. 
  Horacio Quiroga destiló una notoria precisión de estilo que le permitió narrar magistralmente la violencia y el horror que se esconden detrás de la aparente apacibilidad de la naturaleza. Muchos de sus relatos tienen por escenario la selva de Misiones, en el norte argentino, lugar donde Quiroga residió largos años y del que extrajo situaciones y personajes para sus narraciones. Sus personajes suelen ser víctimas propiciatorias de la hostilidad de la naturaleza y la desmesura de un mundo bárbaro e irracional, que se manifiesta en inundaciones, lluvias torrenciales y la presencia de animales feroces. 


Ahora, los invito a dar lectura dentro del marco histórico del relato realista al cuento de Mujica Lainez, "La pulsera de cascabeles" pulse aquí.


Por último, compartamos la lectura del cuento realista Infierno grande
de Guillermo Martínez
Para su lectura,  aquí en pdf

Para acceder a la comprensión global del texto, siempre es importante saber quién es el autor, puesto que, para terminar de comprender un mensaje, es fundamental conocer a su emisor. Entonces, veamos un poco sobre el autor, Guillermo Martínez, el cual nació en Bahía Blanca, Provincia de Buenos Aires, el 29 de julio de 1962. Licenciado en matemática por la Universidad Nacional del Sur en 1984, se doctoró en Buenos Aires en Lógica en 1992 y posteriormente completó estudios posdoctorales en Oxford.
   
Es colaborador habitual con artículos, cuentos y reseñas en los diarios La Nación, Clarín y Página 12. En 2006, fue galardonado con el Premio Mandarache Jóvenes Lectores de Cartagena. En 2014 la Fundación Konex le otorgó el Diploma al Mérito de los Premios Konex como uno de los 5 mejores novelistas del período 2004-2007 de la Argentina.

B
IBLIOGRAFÍA
Relatos: "Infierno grande" (1989); "Una felicidad repulsiva" (2013).
Novelas: Acerca de Roderer (1993); La mujer del maestro (1998); Crímenes imperceptibles (2003); La muerte lenta de Luciana B. (2007); Yo también tuve una novia bisexual (2011)
Ensayos: "Borges y la matemática" (2003); "La fórmula de la inmortalidad" (2005); "Gödel para todos" (2009).



Funciones del lenguaje

  Un mensaje siempre se emite con un propósito determinado, por ejemplo, informar, opinar, producir una determinada sensación o dar una orde...